Por regla general para disfrutar del arte es necesario observar, pero en la colección del Museo de la Imaginación, en Málaga, los visitantes tienen la obligación de manipular las obras de la muestra para poder alejarse de la realidad y vivir en un mundo paralelo en el que impera la fantasía y la creatividad.

Este centro cultural atrae a los más curiosos gracias a las piezas que componen su exposición, donde nada es lo que parece y gracias al ilusionismo y a creativos juegos que desafían las leyes de la física, el público puede adentrarse en escenarios llenos de peculiaridad.

Desde su inauguración en abril de este año, el Museo de la Imaginación ha recibido a más de 5.000 visitantes que han viajado a través de las cuatro salas que ofrece el centro para experimentar diferentes sensaciones audiovisuales, según ha declarado a Efe la directora de este proyecto, Mariya Grynchak.

El viaje comienza en la sala científica, donde el protagonismo reside en los objetos con efectos ópticos, con los que el visitante puede "ser engañado" a través de espejismos o imágenes en tres dimensiones, además, son obras "manipulables", lo que convierte a este centro expositivo en "el primero en España que reúne estas características".

Tras experimentar con la ciencia, es el momento de adentrarse en un mundo lleno de "luces y sombras", en el que es posible dibujar a través de la luz de la linterna del teléfono móvil o dar color a la sombra de una persona gracias a un juego lumínico.

La siguiente sala es "una de las que más interés despierta", especialmente en los niños, aunque -según indica la directora del centro- "hay todo tipo de público, desde mayores hasta los más pequeños".

"Nuestro objetivo ha sido crear algo para que puedan disfrutar todos y por ello hay diferentes zonas, para que cada tipo de público tenga su espacio favorito", ha destacado.

En este espacio la fotografía cobra especial importancia, y los escenarios están adaptados para transformar al visitante en personajes fantásticos como un ángel, también es posible ir al conocido andén del mundo de "Harry Potter" o practicar el arte de la levitación.

La aventura del participante continúa a lo largo del espacio expositivo, donde es posible alternar de realidad al entrar en una pequeña sala inspirada en el mundo de "Alicia en el País de las Maravillas", en el que el visitante puede aumentar o disminuir su estatura a través de un juego de ilusión óptica.

Uno de los escenarios más demandados en el Museo de la Imaginación es "la habitación del revés", donde de gracias al uso de las técnicas fotográficas se puede simular estar en un aseo o un dormitorio con los pies en el techo, por ello, es imprescindible ir a este centro cultural con el teléfono móvil.

Por otro lado, la directora del museo ha manifestado que las redes sociales juegan "un papel fundamental" en el espacio expositivo, porque lo que ofrece es algo "muy visual" y eso ayuda a publicitar para que acudan más visitantes, porque -ha asegurado- lo que más funciona "es el boca a boca".

En definitiva, el Museo de la Imaginación llama a que los curiosos se aventuren a desafiar a las leyes de la física y a pasar un rato en familia o en compañía de amigos, para dejar a un lado el "ritmo rápido de la vida moderna" y convertirse por un momento de nuevo en niños.