Hace casi dos años que comenzó su vuelta al mundo particular con el disco Resiliencia. La cantante malagueña Diana Navarro, a punto de cumplir los 25 años sobre los escenarios y con cientos de conciertos a sus espaldas, confiesa que iniciará una gira junto al campeón del mundo de patinaje Javier Fernández en el espectáculo Revolution on Ice, con el que visitará Málaga el próximo 17 de noviembre.

Lleva ya casi dos años largos de gira con Resiliencia, ¿le quedan fuerzas?

¡Muchas! Soy una artista con muchas inquietudes, con ganas de escribir y de cantar. Me quedan muy pocos conciertos de esta gira que me ha ayudado, como bien dice su nombre, a levantarme y seguir adelante, estoy muy contenta.

Resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. ¿Ha sufrido mucho?

He sufrido mucho por llegar. Mi oportunidad me llegó con 26 años, un poco tarde, pero nunca dejé de intentarlo. Llevo cantando desde que era muy pequeña, con 16 ya era profesional, por así decirlo, y cuando Chico Valdivia grabó mi maqueta y la discográfica apostó por mí, no me lo creía.

Entonces entiendo que lo que le ha costado es resistir hasta conseguir el éxito...

El éxito es relativo, lo que hay que hacer es trabajar. Las oportunidades llegan si uno es constante y se esfuerza, estoy segura de ello.

Dentro de esta gira hay canciones que contienen todo tipo de letras. En Los niños, no habla del problema que viven los hijos cuando unos padres se separan. ¿Por qué?

Porque creo que es importante hablar de ello. Creo que habla de una realidad, es un canto sin género. Hay que pedir que los niños no se utilicen como moneda de cambio durante la separación de una pareja. Yo no soy madre, pero lo he visto. Los pequeños no entienden lo que es una separación y ellos están en medio, los niños tienen que ser felices.

Su primer disco llevaba por título No te olvides de mí, toda una declaración de intenciones...

Sí, claro, me había costado mucho llegar como para que después se olvidaran de mi rápidamente, había llegado para quedarme...

Y ahora ¿qué le falta?

¡Mucho! Me quedan muchas canciones por cantar hasta que me muera. Me encantaría actuar en el Campoamor, en el Carnegie Hall o el Olympia de París, pero lo importante es trabajar, me encanta lo que hago. Un día me escribió un amigo que inauguraba un bar y me dijo, «Diana, vente y cántate algo», y fui encantada, me dejo el alma en cada actuación..

Usted se presentó al casting de Operación Triunfo y no la cogieron. ¿Qué opina de este tipo de concursos?

Estoy muy a favor de ellos. Me parece muy bien que exista OT, creo que hay sitio para todos. Cuando yo me presenté buscaba una oportunidad, ¿por qué ellos no van a tenerla? Pero deben saber una cosa, hay que trabajar mucho, yo soy cantante, no una famosa, esto es una profesión, deben saberlo.

Existen muchos trabajos relacionados con la música si uno no triunfa como cantante...

Exacto, hay muchos trabajos, pero puedes subir y bajar, lo difícil es ser constante. La suerte existe, pero se logra trabajando, yo no conozco otra forma de conseguirla.

También participó usted en el programa Tu cara me suena.

Y volvería encantada, ¡me quedó tanto por hacer! Me lo pasé genial, aprendí muchísimo, la productora era genial, es un gran programa que ayuda a la música.

Pastora Soler, Lara Fabián, Sia, Mariah Carey... ¿Le quedó alguna cantante por homenajear?

Claro que sí. Me hubiera encantado cantar como Yma Sumac, una cantante peruana con una voz inigualable, pero bueno, para la próxima ocasión...

¿Qué será lo próximo?

Pues ahora me voy de gira con el campeón del mundo de patinaje Javier Fernández.