No hay librería que se precie que no tenga una hipernutrida sección dedicada a los libros de gastronomía. El boom de formatos televisivos tipo Master Chef, el ascenso a la popularidad de chefs como Gordon Ramsay o Ferran Adrià (para muchos, han ocupado el lugar de las estrellas del rock en el firmamento de la idolatría) o youtubers como Isasaweis, entre otros muchos, han engordado en pocos años la bibliografía del arte de la mesa y el mantel, con propuestas cada vez más variadas e interesantes. En el lado más exquisito de este nicho editorial se encuentro el recién creado sello malagueño Col&Col, un blog gastronómico que se lanza a la aventura de los libros con un estimulante volumen, Aliter Dulcia. Pasteles con historia, de Isabel Pérez, y que promete un catálogo para paladares selectos.

Lejos, muy lejos han quedado los tiempos en los que los libros gastronómicos eran casi todos recetarios más o menos completos. Sirvan estas líneas como declaración de intenciones de la editorial, capitaneada por Rocío de la Maya: «La cocina puede ser muchas cosas: desde hacer violencia con recetas de cabezas degolladas de cabritos, o hacer el amor con recetas de casquería y su ajito latiendo dentro (no olvidemos que el corazón es casquería, amamos con toda nuestra casquería); pero también puede ser una forma de democracia activa, democracia de un cóctel que alterna el gobierno del hielo por el limón o de filosofía de una tortilla que plantea su existencia con un huevo solo y lo que les rodea de historia cultural. La cocina está llena de convenciones; cuestionarlas es también una obligación moral a nuestro juicio». Como pueden comprobar, aquí no se trata sólo de proponer un menú y de compartir secretos de cocción.

«En un mundo sometido a las modas, pretendemos que nuestros libros sean atemporales, libros creados para lectores interesados en la gastronomía en su sentido más amplio, en todas sus manifestaciones, libros que sirvan para informar, innovar y entretener. Nuestra editorial parte de una idea que, a su vez, parte de la fiesta de comer. En el mundo de la cocina hay editoriales con libros preciosos, libros comestibles, libros perfectos, pero nuestra apuesta empieza por la diversión de estar vivos con todo lo que el mundo ofrece», asegura De la Maya.

De momento, su catálogo se articulará en torno a cuatro colecciones: Cocina de Autor, compuesta por libros de «autores con un universo culinario propio, con procedencias tan diversas como blogs, las cocinas de un restaurante humilde o de un 3 estrellas Michelin» (Aliter Dulcia. Pasteles con historia, de Isabel Pérez, pertenece a esta categoría); Comerse el mundo, viajes por las mesas y los manteles del planeta para «aprender lo que los demás prefieren, paladean, discurren»; Cocina minimás, libros de 72 páginas en torno a un tema o técnica culinaria, «pequeños libros con un diseño cuidado y recetas que funcionan a un precio imbatible», y, finalmente, La petit madeleine, reivindicación de las gastromemorias, género establecido en la cultura anglosajona pero aquí todavía muy desconocido. Precisamente, el segundo lanzamiento (pretenden editar cuatro libros por temporada) de la editorial malagueña se entronca en esta línea: Un hogar en la cocina, de Molly Wizenberg.