La revista Vanity Fair ha publicado un reportaje sobre Pepa Flores, más conocida como Marisol, en el que se revela cómo la actriz y estrella de los 60 sufrió abusos físicos y sexuales en su infancia. ¿Qué le pasó de verdad a Marisol? Un silencio a gritos 30 años después es el título del extenso artículo, firmado por Eva Lamarca, una pieza en la que «se desgranan algunas claves de un tiempo gris y especialmente turbio, que también afectó a la que fue la mayor estrella de la historia de España, y que nos ayuda a entender el por qué de una desaparición tan radical e irreversible de la vida pública de la que fuera la niña prodigio más idolatrada en los años 60», según la citada publicación.

«Me llevaban a un chalet del Viso y allí había gente importante, gente del régimen, a verme desnuda, a mí y a otras niñas». Son las escabrosas declaraciones que Flores le desveló al periodista Francisco Umbral en una conversación que iba a formar parte de una biografía que no llegó a ver la luz. En ellas, Marisol se refiere a una gira que hizo de pequeña por todo el país.

Vanity Fair dice haber accedido al entorno más cercano de la malagueña, ahora retirada de la vida pública, y reconstruye su historia también a partir de la hemeroteca, con «sorprendentes testimonios de la época incluidos los de la propia Pepa Flores que hoy serían auténticas bombas que abrirían cualquier informativo y programa de actualidad y que por entonces pasaron desapercibidos». Porque, aseguran, la niña Marisol «desde muy temprana edad fue sometida a castigos físicos, vejaciones y un brutal machismo sobre el pocas veces se ha vuelto la mirada».

El exmarido de Pepa Flores Carlos Goyanes, hijo de su descubridor Manuel Goyanes, contestó a sus denuncias para este reportaje: «¿Si todo hubiera sido tan horrible como se dice, se habría casado conmigo? No tiene sentido», asegura. Participa también el periodista Luis García Gil, escritor de la última biografía sobre Marisol, y el gran biógrafo de las estrellas y amigo de Pepa Flores, José Aguilar. Amigos íntimos como el actor y autor teatral Chencho Ortiz, que dice «Es que la verdad no se puede contar... No podemos sumar más a lo que ella ya ha dicho, porque nos metemos en un lío».

No es ni mucho menos la primera vez en la que se habla de los supuestos abusos sexuales sufridos por Pepa Flores. En 1979, la malagueña hizo unas impactantes declaraciones para una serie de tres reportajes, firmados por José Luis Morales y publicados en Interviú. «En uno de aquellos días que estaba yo en el estudio, el fotógrafo éste se puso a desnudarme, a meterme mano por todo el cuerpo y a preguntarme si ya me había hecho mujer. Yo estaba asombradita. Le tenía miedo a todo en aquella casa. Ten en cuenta que no podía ni rechistar. Una vez que se me ocurrió decir que unas fotos no me gustaban por poco me matan, me montaron una de la que no me olvidaré nunca. Bueno, como te decía, el fotógrafo aquel mutilado nos amenazaba para que no dijéramos nada. Más tarde, un día cualquiera, descubrimos en la cocina muchas fotos de niñas desnudas con vendas en los ojos. Se lo dijimos a Goyanes y se quedó como si nada. Aquella misma noche cuando fuimos a cenar el fotógrafo estaba sentado y muy risueño en nuestra misma mesa».

Hay muchos más episodios dramáticos, tal y como han revelado en diversas ocasiones periodistas como Pilar Eyre: «Sufrió tantos abusos que a veces no podía salir al escenario por tener el cuerpo lleno de cardenales. Terenci Moix me reveló que «su carrera fue un cúmulo de monstruosidades, una continua explotación, era comprada y vendida como una esclava del zoco».