Desde luego, Taburete es una de las bandas más singulares del panorama nacional: primero, porque su líder, Willy Bárcenas, es el hijo, sí, del extesorero del PP encarcelado Luis Bárcenas; segundo, porque son ambiciosos sin ocultarlo (presentaron su tercer álbum, 'Madame Ayahuasca', en Las Ventas en un pop up que incluyó el lanzamiento de la marca de ropa que han puesto en marcha); y tercero, porque no se cortan un pelo en sus declaraciones públicas (Bárcenas acusó al raperoValtonyc, huido a Bélgica para evitar la cárcel tras ser condenado por enaltecimiento del terrorismo, injurias y calumnias a la Corona, de ser un «cagón» y un «pijo»). Actúan este viernes en la Sala París 15 pero, atención, si no te has dado prisa en conseguir las entradas, lo llevas mal: no hay billetes.

Dicen desde la banda que ahora buscan «la madurez» con un nuevo disco, tanto en la producción como en letras con menos referencias etílicas y un poso más «melancólico». «Los dos primeros discos los escribí entre los 18 y los 23 años, entre fiestas y sin muchas más preocupaciones. Conforme avanza todo, tienes más cosas de las que hablar y no quieres quedarte solo en ser un grupo divertido o convertirte en una caricatura de ti mismo, haciendo siempre los mismos temas», señala Bárcenas. A su lado, Taburete lo completan Antón Carreño (guitarra y coros), Guillermo Gracia Carrión (guitarra eléctrica), Antonio de la Fuente (guitarra rítmica), Simón Cordero y Manuel Hevia (batería), Daniel Guadaña (bajo) y Patxi Urchegui (trompeta).

El fruto de su esfuerzo por innovar se titula 'Madame Ayahuasca', nuevamente autoeditado, aunque reforzado esta vez por la producción de Javi Castiñeiras y Max Miglin, responsable de la factura de álbumes de artistas como Ariel Rot o Coti y de haberse llevado el sencillo 'Belerofón' al terreno «del rock argentino a lo Calamaro». «Es nuestro disco más variado en cuanto a estilos y a la mezcla de todas las influencias de mi vida. Y en cuanto a letras también es un paso adelante, pues deja de lado la canción puramente autobiográfica, con tanta mención explícita a amigos o al alcohol», explica Bárcenas.

De viajes musicales a diversos países de Latinoamérica como Colombia se incorpora por ejemplo la cumbia, mientras que sus periplos vitales y sentimentales se traducen en composiciones más melancólicas como 'Las palabras', 'Me voy', 'Mi vida loca' o 'Por lo que pueda pasar', aunque en su factura final se presente como otra pieza bailable.

«La música es lo más importante y un grupo vive de sus canciones, pero hubo un momento en el que tuvimos que decidir si ir por la vía de las discográficas grandes o hacer nuestro propio modelo empresarial; por eso es importante la labor que hace todo nuestro equipo en este sentido», defiende Bárcenas.

Tras celebrar hasta tres conciertos en el multitudinario WiZink Center de Madrid, dos de ellos junto a Hombres G, y ofrecer en total 80 conciertos que aglutinaron a más de 200.000 asistentes, cabe preguntarse por el posible techo de esta joven banda: «Yo espero que llegue hasta el infinito. Ahora sí que hay expectativas, porque todo está yendo muy bien. En ese sentido, nuestro sueño es consolidarnos en España y el gran reto, plantar la bandera en Latinoamérica», ha dicho Willy.