Andrés Mérida conquista Nueva York por tercera vez. El artista malagueño expone en Novo Locale, en el Bowery de la Gran Manzana, una novísima muestra de su trabajo, The Nomadic Artist (El artista nómada); novísima porque

«En la pintura de Andrés hay poesía, profundo lirismo y arte, que todo es lo mismo y diferente. Existe humor, ironía, técnica depurada y una mirada especial a los referentes». Son palabras del fallecido Antonio Garrido, una de las mejores definiciones de la obra de Mérida. El mundo pintado de Mérida está explícitamente poblado por los personajes, los sonidos y los olores que definen el Sur de España. Pueblos costeros encalados de bordes irregulares, bailaoras de manos expresivas, y cantantes de flamenco desgarbados que cantan con un quejido de voz en una cálida tarde mediterránea con aroma a jazmín.

Las obras de The Nomadic Artist son un claro guiño a su tierra de origen, que se combinan con los matices del paisaje urbano y único y las historias que ha vivido en Nueva York: un hombre con sombrero bebe un vaso de vino tinto con el telón de fondo de una interpretación caprichosa del horizonte de la ciudad; una ventana muestra a un grupo de bailarines de flamenco con vistas al puente de Williamsburg iluminado por la luna...