Echar la vista atrás y contemplar los inicios de Superman hace ochenta años resulta un ejercicio del todo fascinante. Puede que las nuevas generaciones, acostumbradas a la impactante sofisticación visual de las viñetas actuales, encuentren las primeras historias del Hombre de Acero un tanto inocentes y simples. Pero lo que nadie puede arrebatarles a Jerry Siegel y Joe Shuster (padres de la criatura) es el cataclismo que su personaje provocó en el por entonces incipiente universo de las viñetas y la cultura popular a nivel mundial.

En 1938, la edición de cómics pasó de la Edad de Piedra a la Edad de Oro gracias a la llegada de Clark Kent al planeta Tierra. El primer número de Action Comic, cuya inolvidable portada presentaba a Superman levantando un coche sin ningún esfuerzo, fue recibida con un entusiasmo inusitado entre los amantes de los tebeos. En las primeras tres viñetas que aparecen en la primera página del debut de Superman, los lectores contemplaron la muerte de Krypton, la llegada del bebé extraterrestre, cuya fuerza desconcertaba a sus cuidadores, y cómo con los años el chico era capaz de saltar rascacielos y correr más que un tren. El texto de introducción a la cuarta viñeta dejaba bien claro el destino que desde entonces abrazaría el joven Clark, «que no tardó en decidir que debía emplear su titánica fuerza en beneficio de la humanidad». Así nacía hace ocho décadas el superhéroe más importante del mundo. Un personaje convertido en icono y cuya trascendencia es objeto de sesudos estudios y análisis en las universidades de medio mundo.

Con motivo de esta efeméride, la editorial ECC ha facturado un magnífico volumen de homenaje que compila diversos números fundamentales en la historia de Superman, incluidos los dos números iniciales de 1938, que recorren los grandes momentos protagonizados por Kal-El. Entre las numerosas curiosidades que ofrece este imprescindible título destaca un relato inédito de 1945 realizada por sus creadores, así como la aparición de otros personajes como Supergirl y Brainiac. El volumen, de más de 300 páginas, se completa con diversos artículos que profundizan en el impacto provocado por el superhéroe kryptoniano y ofrece un emotivo prólogo de Laura Siegel Larson, hija de Jerry Siegel.