A sus 13 años, Adrián Martín ha demostrado que la fuerza y la pasión pueden con todas las adversidades. El cantante veleño, que padece una hidrocefalia y una malformación congénita en sus brazos, vuelve al panorama musical con un mensaje lleno de intenciones, Yo no me doy por vencido, su segundo disco bajo el paraguas de Sony, en el que el joven versiona siete temas de artistas reconocidos del panorama musical, canta dos propios y un tercero, Dos Gardenias, el que le acompaña a dúo Diego El Cigala.

Tras darse a conocer en 2014 con un publicación de un vídeo en la red en el que cantaba el tema Qué Bonito de Rosario Flores, el joven consiguió ser el primer niño español nominado a los Grammy Latinos con su primer disco, Lleno de Vida, publicado en 2016. Además, este debut integraba dúos con sus artistas favoritos y tuvo muy buena acogida por el público, consiguiendo mantenerse en el número uno de las listas durante tres semanas. Sin embargo, el joven confiesa que con su segundo lanzamiento «está algo preocupado» por cómo será la acogida de, ya que su voz es totalmente distinta a la del Adrián que encandiló a todos.

Para el artista, este álbum ha sido todo un reto. A principios de este año, vivió momentos muy duros, ya que tuvo que ser sometido de urgencia a varias operaciones a causa de la hidrocefalia que padece desde su nacimiento, ya que una de sus válvulas implantadas en el cráneo no drenaba correctamente. Tras las intervenciones un virus de quirófano le hizo estar durante varias semanas con un resfriado tras otro, sin avanzar su mejoría, situación que preocupó bastante a su familia. Finalmente cuando comenzó a recuperarse, Adrián se dio cuenta de que su voz había cambiado. Un duro cambio para el joven artista. «No tiene nada que ver mi primer disco con el segundo. Ahora mi voz es más madura y tiene otro registro. Ha sido un reto pero lo he hecho con el corazón», aseguraba en una charla con La Opinión.

A pesar de que su voz es ahora más madura, Adrián sigue con las mismas ganas y explica que «tiene claro que quiere dedicarse a la música» y que este es el principio del camino. El joven sabe que lleva la pasión dentro desde pequeño y señala que va a seguir luchando y trabajando por cumplir todos sus sueños. Además, en un futuro le gustaría grabar un disco de rock n' roll, su género musical favorito, y también le gustaría cantar algún tema con Pablo Alborán, uno de sus ídolos con los que todavía no ha colaborado.

Para sus padres, ver a Adrián triunfar es todo un orgullo, sobre todo en un año que ha sido complicado para toda la familia. Rafael Martín, su padre, explica que al pequeño «la música le ha servido mucho para ir evolucionado, para tener la mente despierta»; además tiene claro que ayudarán en todo para que su hijo siga viviendo esta pasión. «Está nervioso por el lanzamiento de Yo no me doy por vencido pero ya le he dicho que a la gente le va a encantar porque lo ha hecho con mucho cariño y esfuerzo y tiene una voz preciosa», apostilla. Toñi, su madre y fan condicional, recuerda que la música siempre «ha sido y será» parte de su hijo: «Con solo un año y medio le tarareó el cumpleaños feliz a su abuelo, y desde entonces no ha parado. No podemos estar más orgullosos de él».