Cuenta Eugenio Chicano que siempre había querido "pintar el flamenco", pero cuando abría cualquier libro le parecía "una cosa inabarcable", y a sus 82 años, convaleciente de una grave enfermedad, emprendió esta tarea, cuyo resultado se puede ver en una exposición que se inaugura hoy en Málaga.

'Aguatintas por seguiriyas', que permanecerá instalada hasta el próximo 2 de febrero en el Palacio Episcopal de la capital malagueña, recoge una treintena de obras creadas por Chicano durante el último año expresamente para esta exposición.

"Pensé: ¿Por qué no partir de las letras y así me ahorro elegir cantaores? Aquello fue la piedra filosofal. Empecé a buscar letras y vi que las que más congeniaban conmigo eran las seguiriyas. Reuní cuarenta y, de ellas, elegí treinta", ha explicado el artista malagueño en la presentación de la muestra.

Para Chicano, la seguiriya es, "como decía Federico (García Lorca), la Andalucía del llanto y del dolor, porque aquí no estamos en conservatorios, ni tenemos partituras, ni somos los ilustrados, pero la seguiriya es un sentimiento tremendamente directo, sentido y desgraciado".

"Son unos sentimientos tremendamente humanos que los payos y, sobre todo los gitanos, han sufrido, y que nos han dejado un legado importantísimo del que ya ha dado cuenta la UNESCO" al reconocer el flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Sin embargo, Chicano advierte de que todavía hay que seguir trabajando y "denunciar que la guitarra flamenca todavía no está en los conservatorios", algo que considera una barbaridad, un insulto y un atropello después de Andrés Segovia, de Paco de Lucía y de Vicente Amigo".

Respecto a la forma de representar estas letras, ha explicado cómo se decidió: "Pensé: Eugenio, tienes casi 83 años, y decidí hacer un acto de sinceridad, soltar la mano y crear una especie de pintura grafológica, como una firma".

Y un último regalo para el visitante, el hecho de que los cuadros "se puedan oír", lo que Chicano califica como "un misterio precioso", gracias a los códigos QR creados por el Centro de Tecnología de la Imagen (CTI) de la Universidad de Málaga, que permiten al espectador escuchar estas letras en su teléfono móvil.

La comisaria de la exposición, Mariluz Reguero, ha resaltado que el flamenco ha sido "una constante" en toda la carrera de Chicano, "un amante desde niño tanto del flamenco puro como de las innovaciones", y cree que la enfermedad que sufrió le empujó a "pintar el flamenco".

"El hecho de encontrarse débil en su casa, sin la biblioteca ni el archivo de su estudio, le hizo recurrir a sus propias esencias, recuerdos e imágenes, que conoce tan profundamente que no necesita bucear en ningún archivo", ha añadido Reguero.

Considera que este proceso ha sido "tan puro, tan directo y tan de verdad" que Chicano "ha recurrido a su propio dibujo, ha olvidado sus maneras pop y sus últimos treinta años y ha vuelto a los dibujos poéticos que recuerdan sus primeras épocas, por lo que cierra así el círculo de su vida artística".