'La Strada'

Compañía: Mucho Ruido Records

Autor: Federico Fellini y Tulio Pinelli con adaptación de Gerard Vázquez

Dirección: Mario Gas

Intervienen: Verónica Echegui, Alfonso Lara, Alberto Iglesias

Lugar: 19 de enero, Teatro Cervantes

‘La Strada’ dirigida por Mario Gas es la adaptación del guion de la película del mismo nombre del conocido director de cine Federico Fellini. Es la historia de Gelsomina, una muchacha de pocas luces y menos cultura, pero con mucha hambre. La historia de la miseria. Su madre la vende a un artista callejero que ya había tenido de compañera a una hermana de esta hasta que muere. La chica se encuentra ante una extraña lealtad primero hacia su madre y el resto de sus hermanos que con ese dinero podrán aliviar un tiempo la pobreza, y luego hacia su comprador. A pesar de lo brutal de la historia. A pesar de lo enormemente cruel de las situaciones que se nos exponen, la belleza envuelve todo ese proceso de evolución de la protagonista. Violada, apaleada, vendida, despreciada. Se convierte en un objeto. Una posesión de la que se dice continuamente que es fea, no sabe cocinar y no sabe hacer nada. Pero ella se mantiene fiel. Incluso cuando aparece el tercer personaje: un enemigo, también artista circense, del primero que la utiliza para enfrentar antiguas rencillas.

Nada hay más triste que la miseria. Y en este caso, la historia de Gelsomina nos muestra tres personajes muy humanos, que precisamente por serlo tanto no queremos creer que lo son. La realidad es que hay un juego terriblemente macabro en la puesta en escena del espectáculo. Nos plantea una situación deleznable que consigue que nos enternezca. Pensamos: "¡Qué pena de gente! ¡Qué triste!". Y nos está engañando engatusándonos con un aire melancólico y unas imágenes hermosas. Está acusándonos. En realidad, deberíamos saltar y explotar ante esa desmedida violencia. Así nos pone de cara frente a esa caridad no reactiva que en nuestro acomodo nos libra de sentirnos culpable o partícipes.

Lo cierto es que lo que logra Mario Gas es un resultado espléndido. La dramaturgia que ha construido fluye con un ritmo visual relajado que nos permite recrearnos en puestas en escena bellísima. Hay un enorme despliegue de detalles de gusto, pequeños, que ayudan a formar los climas propios de cada escena que son a su vez muy relevantes. Las interpretaciones, elogiosas. El criterio interpretativo está en esa misma línea que nos hace creer natural lo que es tremendamente teatral. Y ahí los tres intérpretes se han integrado con una demostración de altura. Cada uno en su rol. Qué penita nos da la miseria. Pero 'La Strada', Gelsomina, la máscara que oculta la cara del payaso son un espejo deformante en el que Mario Gas y Fellini nos obligan a mirarnos.