El Estatuto de Autonomía para Andalucía atribuye a nuestra comunidad autónoma competencias exclusivas en materia de espectáculos, sin perjuicio de las normas del Estado. Entre ellas se encuentra el desarrollo reglamentario en materia de tauromaquia.

Estas competencias son del Gobierno regional, según establece la vigente normativa taurina. Por ello, es la Junta de Andalucía, hasta ahora a través de su Consejería de Justicia e Interior, la autoridad facultada legalmente para hacer cumplir la normativa taurina, y velar así por la pureza y la integridad de la Fiesta en el territorio de Andalucía, que cuenta con su propio Reglamento Taurino desde 2006.

En cada una de las provincias andaluzas es el Delegado del Gobierno andaluz el responsable en materia taurina, por lo que el cambio producido tras las elecciones del 2 de diciembre también afectan directamente al desarrollo de la temporada taurina que se nos presenta.

A falta de conocer aún el nombre del dirigente político designado para tal función, la primera y principal consecuencia que va a tener en lo que se refiere a La Malagueta es un más que probable cambio en las presidencias. De hecho, ya se han establecido consultas desde el Partido Popular para sondear posibles presidentes que pudieran sustituir en el cargo tanto a Ana María Romero como a Ildefonso Dell'Olmo.

Ambos fueron nombrados por ejecutivos socialistas, Romero por el ex delegado José Luis Marcos en el año 2007 y Dell'Olmo posteriormente, en el año 2009, durante el mandato de María Gámez. En el primero de los casos se producía tras la renuncia de Santiago Dueñas, y en el segundo por destitución de Rafael Porras y Enrique Moya (se pasó entonces de tres a dos equipos gubernativos).

También es potestad de la delegación del Gobierno el nombramiento de los delegados y los veterinarios, aunque en estos casos se presumen menos cambios, ya que se realizan a propuesta tanto de la Jefatura Provincial de la Policía como del Colegio Oficial de Veterinarios. Tampoco se presumen, al menos de momento, cambios en las presidencias de los restantes cosos de la provincia, ya que en este caso los nombramientos son realizados a propuesta de los alcaldes de los diferentes municipios.

Organigrama

No obstante, los cambios producidos en el organigrama de la Junta de Andalucía aún nos dejan un enigma por resolver: dónde quedará enmarcada la tauromaquia. Si hasta ahora pertenecía a la Consejería de Justicia e Interior, sus competencias han sido repartidas entre las nuevas de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración, con el líder de Ciudadanos Juan Marín al frente, y la de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior, a cargo del hasta ahora presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Elías Bendodo.

Pese a que en un primer momento todo indicaría a que las competencias taurinas seguirán en Interior, existe una tercera vía que es su traspaso a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, encabezado por la también popular Patricia del Pozo, reconocida aficionada a los toros y especialmente al rejoneo. Hay que recordar que fue precisamente el PP quien en 2011 hacía asumir al Ministerio de Cultura las competencias taurinas en lugar de en Interior como tradicionalmente había sucedido. También en la Diputación malagueña, el propio Bendodo abogó por su traspaso a esta área.

Sea quien sea el que lo ordene, el nombramiento de un Director General de Asuntos Taurinos es otra de las prioridades que se plantea el nuevo Gobierno andaluz, en el que la defensa de la Fiesta deberá tener una relevancia especial tras el pacto suscrito con Vox en el que se hace referencia específica a la cuestión taurina.