El cello de Guillermo Pastrana, instrumento construido a caballo de los siglos XVI y XVII, fue uno de los protagonistas del concierto organizado por la Fundación Unicaja, en la Sala María Cristina, este sábado pasado. La indisposición, a última hora, de Sandra Pastrana forzaría un cambio obligado en el programa que no sólo afectó repertorio sino también a la puesta en valor del repertorio de Luigi Boccherini que iba a ser la figura central del concierto. La orquesta de Cámara de la Comunidad Valenciana, que hacía debut en Málaga, fue el otro pilar instrumental del programa.

La primera parte del recital que iba a enfrentar a Haendel y Boccherini fue sustituida por la evolución técnica y desarrollo del repertorio para violoncello a cargo de Guillermo Pastrana con una primera obra, el Ricercare nº 2 de Diego Ortiz, concebida para viola da gamba pero que el violoncello de G. Pastrana adquiere cuerpo sonoro desde la sencillez de su línea melódica en contraste al desarrollo polifónico que se descubre en el Ricercare nº 1 de Domenico Gabrielli, que ahonda en las posibilidades del instrumento y que muestra, en el buen hacer del chelista granadino, el salto exponencial que el instrumento llega a alcanzar, con parada obligada en el Kapellmeister de Santo Tomás y su Suite nº 1, auténtica piedra de toque aquí en una lectura cargada de intención a pesar de la obligada improvisación.

Daniel Abad frente a la Orquesta de Cámara de la Comunidad Valenciana abordó páginas de Haendel y Vivaldi en el cierre de la primera parte del recital, reservando para la segunda todo el protagonismo a la obra de Luigi Boccherini. En la Sinfonía en Re mayor G. 479 las dinámicas oscilantes dibujadas por Abad reforzaron el valor artístico de la obra. Tres movimientos articulan el Concierto en Re mayor G. 557de Boccherini que a pesar de su escritura volcada hacia el lucimiento del solista intenta no faltaron pasajes dialogantes entre cello y orquesta.