Ríete de todo es el one man show con que el humorista Omar Janaan debuta como performer en solitario y sin complejos en el Contenedor Cultural de la UMA (20.00 horas).

¿De qué va Ríete de todo?

Es un espectáculo en el que he reunido las cuatro o cinco habilidades que se me dan medio bien y las trabajo sobre un escenario. A través del monólogo y la performance muestro e imagino cosas en las que no reparamos habitualmente y en las que me suelo fijar. La reacción ante esas cosas suele ser la risa, y las risas me gustan.

En los carteles con los que ha empapelado Málaga sale usted dibujado con una bomba y un mechero. ¿Tan heavy es la cosa?

No lo creo. Es cierto que con la imagen que he estado trabajando para el espectáculo intento que de la sensación de dinamitar algo y, aunque eso es tener mucha pretensión y en realidad soy más humilde, tenía ganas de que la imagen que llegara a los interesados destilara esta idea.

¿Dónde estas los dichosos límites del humor?

Dejando de lado la cuestión de la moralidad religiosa que ha creado sus propias normas que no me convencen, para mí no hay límites en el humor desde el plano teórico y filosófico humano. En el plano de la realidad cotidiana el límite puede estar en que alguien te de un puñetazo si te ríes de algo que le afecte y estás cerca. O lejos, y que te lean en redes sociales. Pero como no soy amigo de la violencia física, pienso que se puede llegar al entendimiento entre las partes limítrofes afectadas si se trabaja en ello, claro.

¿Y por qué no hablamos más del humor de los límites?

Ese es terreno en el que me gusta moverme. Aquello que te deja con la sensación de risa culpable. Genera reflexiones interesantes.

¿Humoristas preferidos?

Cualquiera que utilice el humor como herramienta tiene mi atención, aunque sobre todo disfruto mucho de aquellos que exploran terrenos incógnitos con esta herramienta. Como me interesa todo, el mensaje me suele dar igual. Por ejemplo, me gusta mucho Ana Morgade aunque algunas temáticas que trata no conectan conmigo pero me divierto igual haciendo el ejercicio de empatía con lo que cuenta. La gente que trabaja el absurdo y lo cotidiano me conquista rápido.

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar por el humor?

Por humor estaría dispuesto a llegar al mismo sitio donde estaría dispuesto a llegar por la vida en general. No pretendo nada y por eso puede llegar todo. Si en la vida no me gusta la injusticia pues será raro que llegue a hacer algo injusto utilizando el humor como herramienta.

¿El humor es para usted un arma o un disfraz?

Ambas, el humor es para mí una herramienta que me sirve para resaltar aspectos de la vida que me permitan entenderla y digerirla mejor. Y al usar esta misma herramienta para entender al mundo a veces me sirve para enfrentarme, como arma, o como escudo, en forma de disfraz. Intento siempre usar la herramienta del humor todo lo que puedo pero a veces es muy difícil. Pero como ser humano, hay que intentarlo.