En los distintos lienzos y dibujos de Picasso en los que aparece la figura de Olga Khokhlova, el malagueño refleja a su primera esposa con el rostro triste y sosteniendo unas hojas en la mano. Hasta ahora se pensaba que la melancolía de la bailarina rusa tenía exclusivamente su origen en el carácter mujeriego del pintor, que poco o nada hacía por ocultar sus conquistas. Una generalizada creencia que la nueva exposición Olga Picasso, que abrirá sus puertas el próximo lunes, 25 de febrero, en la pinacoteca del Palacio de Buenavista, se encargará de matizar y poner en contexto a través de una gran cantidad de material documental, sobre todo fotografías, cartas y películas.

Según relata Bernard Ruiz-Picasso, nieto del pintor, la muestra refleja por un lado «una historia de amor entre dos personas que comienzan a construir una vida en común» a partir del momento en el que se conocieron, en 1917, al tiempo que desvela la «terrible historia que cuentan las cartas que Olga recibe de su familia en Rusia». El contenido de estas misivas, traducidas para esta exposición, relata «el drama de una familia en la guerra civil, sobre todo cuando se está en el lado que más sufrió», matiza Bernard Picasso, que sostiene que de esta manera se «explica con mayor precisión el dolor de Olga» que se aprecia en las obras del malagueño.

Khokhlova provenía de una familia aristócrata rusa -su padre era coronel de la armada imperial- que cayó en desgracia con la Revolución y el derrocamiento del régimen zarista. En 1911 se incorporó a los Ballets Rusos, la compañía de danza de Serguéi Diághilev. El trabajo en los decorados y vestuario que Picasso realizó para el ballet Parade propició el encuentro entre ambos. Al poco de conocerse, el pintor y la bailarina contrajeron matrimonio. La exposición, organizada por el Museo Picasso de París en colaboración con la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el arte, «también refleja la felicidad y los testimonios de amor de los comienzos», explica el nieto del artista, que detalla cómo «la obra de Picasso experimenta un cambio de 180 grados al entrar en la troupe de los Ballets Rusos». «Vemos el cambio en la forma de pintar de Picasso al conocer a Olga y también el nuevo cambio que se produce cuando conoce a Marie-Thérèse».

En 1921, la pareja tuvo a su primer y único hijo, Paulo, otro de los protagonistas de la exposición a través de las bellas maternidades del malagueño, pero el amor quedaría hecho añicos en 1935 al presentarse Picasso del brazo de la modelo francesa, su nueva conquista. ¿Fue cruel Picasso con Olga Khokhlova? Su nieto no lo niega, aunque destaca la valentía de su abuelo al plasmarlo en su trabajo. «¿Cruel? Sí. Pero tampoco lo esconde. Relata todo en su obra. Es un artista moderno que se desnuda y muestra a todos su intimidad. Pinta los eventos cotidianos de su vida sin ocultar nada. Es valiente y lo pinta. No esconde la tragedia y se representa como Minotauro».

El origen de la exposición Olga Picasso, compuesta por más de 300 objetos, incluyendo pinturas, obras en papel, fotografías, cartas, documentación y películas, tiene su origen en el contenido del baúl de viaje de aquella bailarina rusa que «fue recuperado» por su hijo Paulo tras su fallecimiento en 1955.

«En este baúl había varias cosas que mi madre [Christine] insistía en que eran importantes -recuerda Bernard-. Entonces tenía veinte años y no le presté mucha atención. Pero una vez creada nuestra fundación y el Museo Picasso decidimos investigar el contenido del baúl e iniciamos un trabajo de catalogación de las fotografías y la traducción de todas estas cartas en las que hemos visto aparecer la vida de la familia rusa de Olga».