Durante más de 200 años, Guinea Ecuatorial y España fueron el mismo país, un periodo casi olvidado por todos los españoles y que ha sido rememorado por el fotógrafo narrativo Juan Valbuena en su exposición Ojos que no ven, corazón que no siente.

Contar la historia de un país para muchos no es fácil; encontrar testigos que lo hagan, tampoco. Lo mismo ocurre con las fotografías, archivos y documentos, muchos de los cuales suelen desaparecer o quedan dañados para siempre; no es fácil resistir el paso del tiempo, sobre todo si ese tiempo incluye dictaduras, censuras, mandatos, explotación y pobreza.

Con esta muestra, en cartel hasta el próximo 14 de marzo en la Escuela de Fotografía Apertura, Valbuena ha logrado romper el silencio sobre algo tan real pero olvidado como la unión entre España y Guinea Ecuatorial, dándola a conocer poniendo relatos, voz y rostro a todas esas personas y sacando a la luz documentos, fotografías familiares u objetos que han ayudado a hablar de lo que durante tanto tiempo no se ha hablado, pero existía, claro que ha existido. «Es un proyecto con el que se quiere desvelar un secreto, la tradicional ocultación entre España y Guinea, una ocupación colonial extendida en el tiempo y secreta, porque hay cargo de conciencia y cuestiones que han hecho que sea un tema espinoso», señala el autor. En él, la imagen también es protagonista ya que «hay una doble historia que cuenta la evolución de la fotografía en el país, a la vez del desarrollo político y social en éste».

Ojos que no ven corazón que no siente es una narración cronológica de la relación histórica entre estos dos países que durante tanto tiempo fueron uno. Es un relato que se balancea entre los hechos y la fotografía como ente simbólico de los cambios que iban teniendo lugar en el país africano y que pasa desde el intercambio de tierras entre España y Portugal, además de por el colonialismo e independencia de Guinea en el franquismo, hasta el golpe de estado, la proclamación de Macías o su actualidad, en la que a pesar de ser el país más rico de África también lo es de lo más pobres en cuanto a esperanza de vida, democracia o desarrollo.

La exposición se acerca al espectador en cinco periodos diferenciados conformados por un centenar de elementos que van desde páginas de la propia publicación, a fotografías, piezas, vinilos, textos en pared, vitrinas con objetos, documentos, etc. «Son bloques ordenados cronológicamente, para que todas aquellas personas que no conocen nada de los hechos puedan sumergirse y empaparse de la verdad», explica el autor.

La elaboración de Ojos que no ven corazón que no siente ha supuesto un trabajo de fondo en el que durante más de diez años Valbuena ha estado investigando y recopilando datos para recuperar esa historia olvidada. Recabó testimonios como los de Trinidad Morgades, primera mujer catedrática negra y guineana en España; Donato Ndondo, escritor y periodista exiliado y persona clave en la Transición española tras redactar el Informe Trevijano, o Gloyer Matala, un joven fotógrafo guineano que se dedica a hacer fotos en un país donde está prohibido hacerlo, entre muchos otros. «Lo interesante de este trabajo es que muchas de las personas entrevistadas han vivido los hechos, por lo que han enriquecido mucho más toda la historia que se transmite con cada uno de los objetos que componen la exposición», apunta Valbuena.

Entrevistas

Las primeras entrevistas comenzaron en 2008 y durante diez años, este fotógrafo ha estado reuniendo datos, hechos, testimonios que enlazan la vida de dos países. Tras ese periodo, la exposición se dio a conocer el pasado 2018, año en el que se cumplía el 50 aniversario de la proclamación de la independencia de Guinea Ecuatorial frente a España. Valbuena tiene claro que es lo que quiere que experimente el espectador: «Que asuma una parte de la historia que nunca se ha contado ,y por supuesto, que sepa que son parte de nuestra historia. No aprendemos a ver que aunque sean negros forman parte de nosotros. Lo que viven hoy día, en parte, es consecuencia nuestra y por lo menos, deberíamos tenerlo en cuenta. Es algo necesario, ya que los españoles no hemos hecho las cosas bien y hemos sido igual de colonos que cualquier otro país. Y eso debe saberse», remata el fotógrafo.