La Sinfonía nº 1 en mi bemol mayor, KV. 16, fue escrita en 1764 por Wolfgang Amadeus Mozart con tan solo ocho años de edad. En ese momento, Mozart ya era conocido en toda Europa como wunderkind (niño prodigio), pero hasta el momento sólo había compuesto pequeñas piezas musicales. El talento precoz se puede detectar en muchas disciplinas. Chopin debutó como pianista con 7 años. Y Picasso pintó su primer óleo con ocho. Un programa de televisión busca al próximo niño prodigio español y entre los candidatos que han superado las distintas pruebas de selección hay una malagueña. La trompetista Amalia Escobar, que es una de las 27 grandes promesas que demostrarán sus dotes en Prodigios, un talent show musical que RTVE estrena este sábado en prime time.

¿Pero toca bien? «Impresionante». De esta manera tan gráfica y rotunda lo afirma Victor Eloy López Cerezo, catedrático de trombón en el Conservatorio Superior de Música de Málaga y director de la banda Virgen de las Angustias de Campillos, donde Amalia comenzó a tocar hace solo dos años y medio. Pero su evolución ha sido espectacular en este corto espacio de tiempo. «He estudiado mucho», señala la trompetista, que a sus doce años de edad estudia sexto de Primaria en el colegio Manzano Jiménez.

Su padre y su hermano también tocan la trompeta. Además, se inició en la misma banda, cuando ésta se llamaba Santo Entierro. «Me gustaba el sonido. Es muy bonito, lleno de colores. Probé y me encantó», dice Amalia con total naturalidad.

También estudia en el Conservatorio Manuel Carra, a donde acude regularmente todos los viernes. «La recojo del colegio, se come un bocadillo por el camino y a las cuatro ya estamos en Málaga para dar las clases», explica Antonio Escobar, que asume su papel con el mismo cariño y responsabilidad con el que los padres intentan dar lo mejor a sus hijos. «No es un sacrificio, es la manera que tengo de invertir mi tiempo en cultura para ella. Como pagarle una carrera antes de tiempo», señala.

La productora Shine Iberia se puso en contacto con él. «No sé ni como ni por qué», dice Antonio. De hecho, colgó porque pensaba que era una broma. «Me volvieron a llamar y ya me explicaron que se trataba de un programa para RTVE y querían que la niña pasara un primer casting en Madrid», añade.

Como explica la propia productora en su web, Prodigios es un talent show «único y diferente al unir el entretenimiento con disciplinas artísticas clásicas, una clara apuesta de la cadena pública por la cultura y el entretenimiento». «Además, pone en valor el futuro de las disciplinas clásicas a través del talento de las nuevas generaciones, acercando al gran público la música clásica mediante unos jóvenes que compaginan jugar a la consola con su pasión por las artes clásicas».

Prodigios es un formato que ha triunfado ya en Francia, donde se han emitido siete temporadas. O en Italia y Albania. Ahora, es el turno de España, donde la música clásica será protagonista en el prime time de La 1.

Antonio Escobar comenta que el ciclo elemental del Conservatorio lo impartió de dos en dos cursos. Es decir, que a través de ampliaciones curriculares, los cuatro años los impartió y aprobó en dos y medio.

Parte de la asombrosa evolución de Amalia Escobar como músico, además de su actividad en la banda, del seguimiento que le hace su director y de las clases que le imparte, y de su paso por el conservatorio, se debe igualmente, a que habitualmente, una vez al mes, y desde el año pasado acude a Madrid a unos cursos en una academia de alto rendimiento que dirige Manuel Blanco Gómez-Limón, trompetista solista de la Orquesta Nacional de España.

Las galas se graban en el auditorio del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid. La primera se emite en la noche de este sábado. En ella, participa Amalia Escobar. Las tres primeras serán clasificatorias y el público disfrutará del talento de nueve niños de entre 10 y 16 años, que serán los candidatos cada noche: tres de canto, tres de baile y tres de instrumento. A la siguiente ronda, la semifinal, llegarán los tres mejores de cada disciplina y, en la gran final de Prodigios, cada miembro del jurado tendrá la misión de seleccionar al mejor en cada especialidad.

Más allá de la competición, para Amalia esta experiencia está siendo muy gratificante. Los castings superados y los programas «me han encantado», dice esta escolar de sobresaliente en el colegio y que, en el futuro, querría dedicarse profesionalmente a la música y ser trompetista solista en una orquesta, «aunque para eso todavía me queda mucho por estudiar», concluye.