El pasado mes de noviembre cumplía veinte años. Esta semana la revista literaria Mercurio recibía la peor de las noticias: sus puertas se cierran para siempre. Editada por la Fundación José Manuel Lara, con sede en Sevilla, contaba con una distribución nacional en librerías y bibliotecas de toda España, además de las sedes de los Institutos Cervantes. Mercurio llegó a contar con una tirada de 45.000 ejemplares. Ahora tenía 25.000. Todos los esfuerzos que han llevado a cabo sus precursores y trabajadores no han servido para nada, finalmente el grupo Planeta, sin explicar la causa, anunció que el número de este mes de abril sería el último que llegaría a las librerías y bibliotecas del país.

Se trata de su entrega 210 y su portada está dedicada al premio Cervantes de este 2019. «Ida Vitale, Premio Cervantes 2018 en celebración y portada con rostro enmarcado por Lisbeth Salas. Con su ética, verbo y vida, como define José Ramón Ripoll su poesía, se acaba Mercurio. Veinte años desde su nacimiento», señalaba hace unos días el director de la revista Guillermo Busutil.

Mercurio es una publicación que nació con el único objetivo de hacer grande la cultura española y, sobre todo, fomentar la lectura. Una apuesta donde «gratis y calidad» iban de la mano. Este proyecto vio la luz hace veinte años gracias al periodista sevillano Javier González Cotta, que la convirtió en una revista andaluza con distribución gratuita en librerías de la comunidad, y que contenía en su mayoría reseñas de libros, junto a algunos artículos de libre creación. Una vez que la cabecera fue adquirida por la Fundación José Manuel Lara, Antonio Rivero Taravillo pasó a ser su director durante un corto período, y en febrero de 2007 apareció con un nuevo diseño, bajo dirección de Busutil. En esta nueva etapa sería imprescindible el aval de Ana Gavín, directora de la Fundación Lara e impulsora de la revista, que decidió elevar la tirada y potenciar la distribución nacional. «Doce años desde que se convirtió en revista nacional y gratuita en librerías, bibliotecas e institutos Cervantes. Y también doce años de ilusión, de trabajo de equipo, en especial con Ricardo Martin y José Antonio Martínez. Ninguno de los tres imaginábamos que llegaríamos a los 210 números», sentencia Guillermo.

Mercurio está llena de críticas, entrevistas y artículos. Además de dosieres dedicados en abril de cada año al Cervantes, fueron viendo la luz otros dedicados a figuras de la talla de Javier Marías, Vargas Llosa y Juan Marsé, entre muchos otros. En cuanto al equipo de colaboradores destacan nombres como Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina y Justo Navarro. Veinte años a la espalda haciendo grande la cultura y promoviendo la lectura. «Suena incomprensible, triste, e incluso irónico que con un Premio Cervantes y el mes del libro, nos cierren un instrumento eficaz, independiente, con rigor, estética y abierto a todos, para el necesario fomento de la lectura», dice Busutil en su carta de despedida. Donde además añade que «la cultura no es un negocio, es una empresa para saber. La cultura siempre renace de la memoria y de la palabra».

Mercurio vivirá en manos de sus lectores durante todo este mes de abril, y para siempre en la memoria literaria del país.

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