Pueden calificarla de irreverente, blasfema, irrespetuosa, profana, impía... Pero lo que no se puede decir de La vida de Brian es que sea aburrida. El mítico largometraje de los Monty Python -grupo humorístico británico formado por Terry Jones, Terry Gilliam, Eric Idle, John Cleese, Michael Palin y Graham Chapman- resulta un delicioso ejercicio de humor repleto de momentos memorables en torno a las religiones, el fundamentalismo y el relato de la Biblia, en particular sobre la vida y pasión de Jesucristo. Es más que probable que hoy fuera imposible estrenar una película de estas características, dada la proliferación de indignaditos alrededor del planeta, por lo que su regreso a las salas españolas y malagueñas ofrece una magnífica oportunidad para aquellos que aún no hayan podido disfrutar de las aventuras de Brian Cohen, a quienes todos toman equivocadamente como el verdadero mesías desde su nacimiento.

Con motivo del cuadragésimo aniversario de su estreno, en 1979, La vida de Brian se proyectará en las pantallas de los cines del centro comercial Vialia, La Rosaleda y Málaga Nostrum los próximos 23 y 25 de abril. En la provincia se suman a la celebración los cines Miramar (Fuengirola), La Cañada (Marbella) y Vélez-Málaga. El filme, que en su día levantó sonadas ampollas en el seno del Vaticano, se podrá disfrutar en versión original subtitulada, tal y como llegó a las pantallas españolas en 1980. La cinta también llegará estos días a 75 cines de 45 ciudades españolas y a otros 20 países.

El parto de esta elogiada comedia, considerada una de las mejores de la historia del cine, no fue para nada un camino de rosas. Para empezar, la productora EMI Films decidió no financiarla pocos días antes de arrancar el rodaje. Temían que el escándalo les llevara a la ruina. Así que los Monty Python estuvieron a punto de tirar la toalla hasta que su amigo George Harrison les ofreció su apoyo: nada menos que 4 millones de libras. El guitarrista de los Beatles, banda por entonces ya disuelta, tenía solvencia económica, pero no para tanto, por lo que tuvo que vender varias propiedades para reunir el dinero. «La financió él solo porque quería verla. Debió ser la entrada para el cine más cara de la historia», recuerda Eric Idle.

Después llegó el escándalo, la censura y las manifestaciones de asociaciones judías primero y de toda la comunidad católica después. La película fue también prohibida en varios países, como Irlanda y Noruega, lo que provocó el efecto contrario: La vida de Brian, tercera cinta de los Monty Python tras Se armó la gorda (1971) y Los caballeros de la mesa cuadrada (1975), se alzó como el cuarto largometraje más taquillero del año en Inglaterra y el filme británico con la mayor recaudación en los Estados Unidos.

Desde su escena inicial, la desternillante confusión de los Reyes Magos, que marcará el absurdo tono de todo el filme, hasta los alegres silbidos de Always look on the bright side of life, la pegadiza canción con la que se cierra la película, La vida de Brian trascurre entre inolvidables escenas e ingeniosos diálogos protagonizados por exleprosos, profetas locos, centuriones romanos, intolerantes devotos religiosos y extraterrestres.

La película más memorable de los Monty Python está de vuelta en los cines. No piensen que ha envejecido mal, todo lo contrario: hoy es incluso más atrevida y actual que hace cuarenta años.