El Museo del Prado ha sido galardonado con el premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades 2019 por ser un "símbolo de nuestra herencia cultural común". El jurado destaca la labor de la pinacoteca "de conversación y divulgación de uno de los más ricos patrimonios artísticos del mundo". Desde el museo agradecen "de corazón" al jurado este premio, que reciben "con el legítimo orgullo de ser patrimonio de todos los espanñoles, senña de identidad de nuestra historia y proyeccioón comuún hacia el futuro", dice su el director de la pinacoteca, Miguel Falomir Faus.

Los miembros del jurado han ponderado "la dedicación y el compromiso durante los últimos 200 años de sus trabajadores, patronos, amigos y público". El papel de la pincateca es ejemplar, en palabras del jurado, por "su contribución al desarrollo humanístico de la sociedad pasada, presente y furuta".

Este galardón al Museo del Prado supone el colofón a los actos que la institución ha organizado por toda España para celebrar sus dos siglos de historia.

Esta candidatura ha sido propuesta conjuntamente por Mario Vargas Llosa y Antonio Muñoz Molina, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1986 y 2013, respectivamente; Norman Foster y Rafael Moneo, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009 y 2012, respectivamente; Alberto Anaut, presidente de La Fábrica y de la Fundación Contemporánea, Luis Gordillo, Cristina Iglesias, Julio Llamazares, Gonzalo Suárez, Jaime Rosales, Aitana Sánchez-Gijón, Alberto García Alix, Chema Madoz, Pierre Gonnord, José Luis Gómez, Juan Barja y Javier Gomá. Al premio de Comunicación y Humanidades optaban 29 candidaturas de 14 países.

Convertido en la institución cultural más importante de España y en una de las pinacotecas más destacadas del mundo, el Museo Nacional del Prado tiene una colección de cerca de 8000 pinturas, de las que 1700 están expuestas en el edificio Villanueva y más de 3200 se distribuyen entre 255 instituciones culturales de toda España. Sus salas, por las que pasan anualmente casi tres millones de visitantes - más de la mitad extranjeros-, han servido de inspiración a algunos de los pintores más significativos de los últimos 150 años, como Fortuny, Sorolla, Picasso, Monet, Renoir, Durant o Chase.

El Prado es conocido más como museo de pintores que de pinturas por la singularidad de su origen dependiente del mecenazgo real de los siglos XVI y XVII, orientado a reunir el mayor número de obras posible de los artistas preferidos. Por este motivo, el Museo tiene los mayores conjuntos de El Bosco, Tiziano, El Greco, Rubens, Velázquez o Goya, en algunos casos con más de un centenar de obras. Con la dinastía Borbón llegaron los pintores franceses en un siglo XVIII dominado por artistas foráneos, como los italianos, hasta finales de la centuria, en la que Goya devolvió a un español el dominio del escenario cortesano. En el siglo XIX, la desamortización de los bienes eclesiásticos contribuyó, a través de los fondos del Museo de la Trinidad -La Fuente de la Gracia, Auto de fe presidido por santo Domingo de Guzmán, entre otros-, a incrementar las colecciones de El Prado, que se cerraron en 1881. Aunque eminentemente pictóricas, también comprenden excepcionales testimonios escultóricos, de artes decorativas y de obras sobre papel, desde la Antigüedad hasta el siglo XIX.

Desde su fundación, el Museo ha ingresado más de 2300 pinturas y gran cantidad de esculturas, estampas, dibujos y otras piezas a través de donaciones -como las Pinturas negras de Goya-, legados -como el de pintura del siglo XIX de Ramón de Errazu- y compras -Fábula y La huida a Egipto de El Greco, La condesa de Chinchón de Goya o El barbero del papa de Velázquez, por ejemplo-. Entre los tesoros más emblemáticos que se pueden contemplar hoy en El Prado se encuentran El jardín de las delicias de El Bosco, El caballero de la mano en el pecho de El Greco, El tránsito de la Virgen de Mantegna, Carlos V en Mühlberg de Tiziano, El lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de Durero, Las meninas de Velázquez, Las tres Gracias de Rubens, La familia de Carlos IV de Goya o Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga de Gisbert.

El Museo actual está formado por varios inmuebles -el edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio administrativo de la calle de Ruiz de Alarcón y el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro- que superan los 45 000 metros cuadrados de superficie útil.

El Museo del Prado es el segundo premio que se conoce de la XXXIX Princesa de Asturias de las Artes, tras la concesión del galardón de las Artes al dramaturgo británico Peter Brook.