Vuelve mañana la Temporada Lírica del Teatro Cervantes con una obra de repertorio, Otello, y la participación del gran barítono malagueño Carlos Álvarez. El templo de Ramos Marín cumplió ayer con la reciente tradición de abrir al público (a través de invitación) las puertas del ensayo general, habida cuenta de que se había colgado el cartel de no hay billetes para las tres funciones previstas (mañana, viernes y domingo).

Doce años llevaba Álvarez sin intervenir en una ópera propiamente dicha (en algún que otro recital lírico sí que ha participado) en su propia tierra. «Si la mayor parte de la gente supiera el placer que significa levantarte en casa, tomar una ducha e ir andando a trabajar, nos sentiríamos mucho más cómodos», ha comentado estos días el malagueño, que, por cierto, celebra sus tres décadas como cantante, aniversario que está encantado de celebrar entre los suyos. Y con una ópera como Otello, pieza clásica entre las clásicas.

Con 73 años cumplidos, el maestro Giuseppe Verdi alcanzó con esta obra la perfecta correspondencia entre drama y música y el punto culminante de su madurez creativa. Arrigo Boito convirtió el drama de William Shakespeare en un poderoso libreto que el compositor italiano potenció aún más con una partitura que ostenta un discurso orquestal completamente original y moderno.