Si son asiduos a estas páginas conocerán de sobra el nombre de Carlos Sisí, el autor malagueño autor de la saga de zombis costasoleños Los Caminantes y que es una de las firmas de género más seguidas y prolíficas (este año ha lanzado una novela Varsovia y acaba de iniciar una trilogía vampírica, Rojo) de nuestro país. Ahora se ha embarcado en una singular aventura para la que necesita la complicidad de sus lectores y de curiosos empedernidos: un crowdfunding para continuar Panteón (le valió el Premio Internacional de Fantasía y Ciencia Ficción Minotauro). Y la cosa no va nada mal: en 5 días dos centenares de mecenas han aportado casi 8.000 de los 10.000 euros fijados por el de Calahonda para expandir la historia.

Le cedemos la palabra al propio Sisí: «No hace mucho, en un sarao literario en Albacete, un señor de cierta edad y poblada barba blanca se me acercó. Hombre, Carlos, llevo leyendo ciencia ficción toda mi vida,y la verdad es que Panteón... me gustó mucho. Muchísimo. Lo he leído ya tres veces, y me gustaría pedirte que saques otro libro de estos chatarreros porque estuvo... estuvo muy bien... a ver si lo escribes antes de que yo me vaya, por favor y gracias».

Y el escritor le trasladó el ruego a la editorial, que prefirió que la imaginación de Sisí discurriera por los actuales cauces (fantasía medieval, vampiros, etc) que por la ciencia ficción. ¿Cómo podría cumplir entonces los deseos de ése y muchos otros lectores sin alterar sus ingresos que le permiten seguir escribiendo libros? «Los libros son ingresos, en forma de adelanto, que me permiten dedicarme a esto. Con tres hijos, una hipoteca, y cuarenta y siete años, uno necesita monetizar esta pasión por mucho que lo sea; o tendría que dedicarme a otras cosas», se dijo a sí mismo. ¿La respuesta? Verkami. O sea, una campaña de crowdfunding no «para publicar un libro ya escrito sino para empezar a escribir un libro».

Y pasó a hacer números: «Necesito entre seis y ocho meses para escribir una novela. Esto generalmente se traduce en un adelanto de ventas de 6.000 euros, cantidad que al principio de mi carrera, hace diez años, no era tanta, pero que a día de hoy es mi caché. Prorrateado en ocho meses, comprenderéis que es una cantidad mínima para justificar tantas horas delante del ordenador y no solo delante, también lejos de él; muchas veces los libros crecen en la cabeza mientras caminas, te duchas, o haces como que miras una serie». A los 10.000 euros finales se llega sumando «los servicios editoriales de corrección tipográfica, de estilo, maquetación, y otras cosas como elaboración de portada, capitulares, envío de paquetes». Y la producción de recompensas, claro. Porque, como es habitual en este tipo de aventuras, el autor ha diseñado un paquete de alicientes para animar a los mecenas, que van desde merchandising (tazas, camisetas), hasta copias de manuscritos, marcapáginas exclusivos, grabados originales del ilustrador Tomás Hijo...

Cumplida la misión financiera en un 78% al cierre de esta edición parece que Panteón: el cubo y la llama, como se titulará esta continuación «independiente» del universo de los chatarreros Ferdinand y Malhereux, será una realidad. Sólo faltará que Carlos Sisí se siente delante del ordenador para hacer lo que más le gusta a él y a sus lectores: imaginar.