Pocas palabras más malagueñas que Terral. Sergi Méndez, Juanjo Bravo y Carlos Campos la escogieron por eso y también porque su música es caliente, contundente y que no deja a nadie indiferente. Como el terral. Como el rocanrol puro y duro. Esta noche descargarén en la Sala La Trinchera, junto a Ferrán Exceso, y, atención, completamente gratis.

El trío presenta estos días Ciclón, un segundo álbum que confirmará a quienes se engancharon a ellos con su debut, ¿Dónde está mi casa?, y anima a nuevos seguidores. Porque se trata de un disco crudo, de rock n' roll de toda la vida, muy de pub, con boogie y mucha actitud, de solvencia instrumental y con la rotunda voz de Sergi, curtida en unas cuantas batallas. Su sonido no tiene misterio, pero tampoco caducidad. «Esto es el buen rock n' roll de siempre, ese rock n' roll básico y crudo; de guitarras pegajosas que hunde sus raíces en los Rolling Stones y que aquí en España han hecho suyo y adaptado a nuestra personalidad grupos como Burning, Cucharada o Platero y Tú, sigue teniendo una buena cantera de músicos que optan por ese lenguaje para batirse el cobre en la jungla de la música», escribió Mariano Muniesa, una pluma básica en el rock y el metal de nuestro país.

Ciclón suena básicamente como el directo de Terral, a sudor y cuerpos moviéndose, porque saben perfectamente que son una banda de concierto (de hecho, llevan un centenar largo de ellos desde 2015, año en que se formaron). Pero, siguiendo el ejemplo de buena parte del mejor rock urbano español, no descuidan el apartado lírico, y las letras de Terral no son una oda al cachondeo rocanrolero, ni mucho menos; de hecho, uno de los temas de este segundo álbum, Espinas de metal pretende «visibilizar el sufrimiento de las personas migrantes que vienen a Europa en busca de un futuro mejor» (lo recaudado con esta canción irá destinado a la ONG Pro Activa Open Arms).