Hace casi justo un año, la artista granadina Marina Vargas colgó en su página de Facebook una sorprendente denuncia pública: acusaba al entonces director del Centro Contemporáneo (CAC) de Málaga y hoy secretario general de innovación cultural y museos de la Junta de Andalucía, Fernando Francés, de agredirla durante la Feria de Arte de Santander. La investigación siguió su curso, eso sí a trompicones, y el 23 de octubre Francés tendrá que acudir a declarar como denunciado ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Santander por un delito leve de lesiones. La pena tipificada por los delitos leves es prisión de tres meses a tres años o una multa a pagar de seis a 12 meses.

Vargas, que acudirá también al juicio, ha guardado silencio durante todo este año. Ni siquiera facilitó a los medios la denuncia policial; confiaba en que la verdad caería por su propio peso. Ahora comenta que ha sido "un año muy duro", en el que no se ha sentido creída. La propia celebración del juicio, que la denuncia haya sido admitida a trámite, es para ella "una victoria": "Mi palabra ha sido creída". E insiste: "Me pegó un bofetón y me abroncó en público sin motivo".

El proceso sufrió un notable retraso por el extravío de la denuncia policial de la artista, que fue interpuesta en Madrid pero que terminó desapareciendo en las dependencias policiales cántabras. Finalmente la denuncia apareció después de una búsqueda solicitada por la petición de la abogada de Marina Vargas. Y empezó la investigación policial, que ya no pudo contar con las imágenes de las cámaras instaladas en el recinto de la Feria de Santander (se conservan diez días y había pasado casi un año desde la supuesta agresión).

Fernando Francés no ha querido pronunciarse al respecto de su nuevo paso por los juzgados (recordemos que hace unos meses ya entró en la Ciudad de la Justicia para declarar por su supuesta connivencia con el artista Invader, que instaló cerámicas en edificios declarados Bien de Interés Cultural). Tampoco quiso hacerlo entonces.

Quien sí lo hizo en su momento fue su hijo, galerista de Vargas, Fer Francés: "Ese día no estaba en la Feria pero los trabajadores de las seis galerías de alrededor de la nuestra, todos dicen que no han visto nada. Tampoco los de seguridad, que a la hora a que Marina asegura que fue la agresión, están en nuestra zona, ni tampoco los trabajadores del stand de información, justo al lado de donde estamos", aseguró hace un año.

El galerista quiso dejar clara una cuestión: "En su post de Facebook Marina habla en términos de una artista que ha sido agredida por un director de museo. Pero Marina es amiga de la familia, ha veraneado en mi casa muchísimos años. De hecho, estos días en Santander se iba a quedar en mi casa a dormir, y le habíamos dado una de las mejores habitaciones de la casa".

Fer Francés aseguró que el día de los supuestos hechos fue a cenar con Vargas y no le comentó nada. "Luego ella salió de fiesta y sus acompañantes dicen que estaba bailando y pasándoselo bien", aseveró.

Preguntado entonces por unas hipotéticas tensiones profesionales entre la artista y los Francés, el hijo dice que la granadina ha hecho "ciertas cosas mal": "En las relaciones entre galerista y artista normalmente las decisiones profesionales se toman en común. Sin embargo, ella muchas veces quiere hacer las cosas a su manera, y siempre se ha salido con la suya".