Ya es una tradición que el Teatro Cervantes se despida hasta septiembre (esta vez, casi: falta una cita del Terral, Yamato The Drummers of Japan) con un musical. Esta temporada lo hace con uno de los musicales más importantes de la historia, West Side Story. El clásico de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim que llevó la historia de Romeo y Julieta al Nueva York de las bandas callejeras (los Sharks y los Jets) ocupará las tablas del templo de Ramos Marín hasta el 4 de agosto, un total de 25 funciones que comenzaron ayer mismo.

La compañía SOM Produce está detrás de esta versión (que inicia su gira española tras una exitosa residencia en el Teatro Calderón de Madrid). Desde el principio el objetivo a la hora de levantar esta compleja aventura estaba claro: «Hacer viajar en el tiempo y en el espacio un clásico de Broadway que se estrenó hace más de medio siglo, respetando la calidad del original. Y el público dice que lo hemos conseguido», asegura José María Cámara, uno de los productores. Y todo ello sin contar en el elenco a nombres conocidos y populares en televisión y cine por los que optan algunos (bastantes) musicales como incentivo para reventar las taquillas. En eso en SOM han sido tajantes: «Los espectadores exigen interpretaciones del más alto nivel artístico y ésa es la referencia en nuestras producciones», apunta Cámara.