Tom Harrell (Urbana, Illinois, 1946) está considerado uno de los mejores trompetistas de jazz. Su nombre va ligado al de Woody Herman, Stan Kenton, Horace Silver, Bill Evans o Phil Woods, quien en la década de los ochenta lo integraría en su grupo, el Phil Woods Quintet, con el que recorrió medio mundo. Enfermo de esquizofrenia desde su juventud, convive con esta grave enfermedad y con el éxito y el prestigio, que le llevan a inaugurar, hoy, el décimo Ciclo de Jazz del Museo Picasso Málaga. Las entradas llevan agotadas semanas.

Mark Turner (saxo tenor), Ugonna Okegwo (contrabajo), Charles Altura (guitarra), y Johnathan Blake (batería) arroparán hoy a un trompetista que está convencido de que «un quinteto puede sonar como una big band, algo que aprendí con Horace Silver», con quien tocó entre 1973 y 1977. «El respeto a las tradiciones, saber innovar, sentir al público y tener química» son algunas de las cualidades que debe reunir un instrumentista deseoso de actuar con Harrell, para quien la música «forma parte de un plan celestial que puede aunar a toda la gente».

«La felicidad, la alegría, es el sentimiento más importante, lo que une a la gente. La fusión del blues y el flamenco que lograron músicos como Horace Silver o Charles Mingus conseguía un estado de entusiasmo que me interesa mucho», dice Harrell, admirado por su capacidad para improvisar de una manera cerebral, pero emocionalmente conmovedora, Harrell aprueba cuatro adjetivos dirigidos a su música: «Inteligente, emotiva, fresca y accesible. Sirven en todos los casos. Beethoven era un genio y también era tan accesible. Al igual que John Coltrane. De lo que se trata es de llegar a la profundidad de las emociones», comentó en una entrevista reciente.

Hijo de un catedrático de psicología empresarial y estadístico, Tom Harrell creció en la zona de la bahía de San Francisco. Niño excepcionalmente brillante, aprendió a leer solo y se saltó un curso en enseñanza básica. Empezó a tocar la trompeta a los 8, y en el instituto ya tenía su propia banda de jazz. Intentó quitarse la vida mientras estudiaba composición en Stanford. Eso dio lugar a un diagnóstico de esquizofrenia. Con tratamiento, logró completar su formación escolar e inició su impresionante carrera de música. Harrell presentará en la velada del Museo Picasso Málaga su más reciente disco, Infinity.