El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) reabrirá sus puertas el 15 de octubre con la inauguración de la exposición Eleuthera, del irlandés Sean Scully, una muestra que cuestiona los conceptos de la figuración y la abstracción además de la importancia de la paternidad. Se compone de más de 40 obras entre pinturas, fotografías y dibujos, la mayoría de ellas de gran formato. El artista crea obras cuya finalidad es instigar a reflexionar al espectador sobre la libertad en la creación de imágenes cotidianas y el papel sobre la paternidad centrándose en la interpretación del retrato infantil esbozando la silueta de su hijo.

Con Scully el CAC inicia época aunque de nuevo bajo el paraguas de Gestión Cultural y Comunicación, la empresa que ha ganado todos los concursos de licitación del espacio municipal. La diferencia es que ya no estará al frente Fernando Francés, anterior responsable de la firma y, a la sazón, director del CAC desde su fundación; aseguró haber vendido la citada empresa para poder aceptar un cargo público en el organigrama de la Junta de Andalucía, puesto que, pocos meses después, terminó abandonando entre críticas al funcionamiento de la gestión cultural pública.

En los últimos meses el centro de la calle Alemania ha cerrado en dos ocasiones sus puertas por los retrasos en el concurso para la licitación de su gestión. Durante el primero, el Consistorio, que quedó a cargo del espacio municipal, intentó salvar los muebles in extremis organizando la exposición MSD_Make Something Different. En el segundo, el Ayuntamiento ha preferido aprovechar el parón para realizar obras menores en el interior de la pinacoteca.

La exposición de Sean Scully está cocomisariada por Helena Juncosa, nombrada en febrero directora del CAC Málaga hasta que se fallara el concurso. Juncosa, vinculada al centro desde su fundación y, por tanto, a Gestión Cultural y Comunicación, será la timonel de esta nueva etapa, una época complicada, en la que habrá que disipar el fiasco de los cierres y las polémicas de Francés, al que importantes observadores del mundo artístico como Elena Vozmediano (El Cultural) acusan de no haberse desvinculado completamente de Gestión Cultural y Comunicación. El cántabro, por cierto, sigue enfrentándose a cargos contra el patrimonio (la Fiscalía le acusa de colaborar con el artista francés Invader en la colocación de obras en Bienes de Interés Cultural) y tendrá próximamente que comparecer en un juzgado cántabro para responder ante la denuncia presentada por artista Marina Vargas, según la que el gestor la abofeteó e increpó en público durante una feria artística.