Cuando Antonio Banderas declaró hace unos años que Hollywood le había permitido comprar su libertad y que planeaba regresar a su Málaga desde luego no hablaba por hablar. Poco a poco, el actor y productor ha ido reinstalándose en una ciudad, la suya, que sólo había abandonado físicamente. A falta de poco más de un mes de que cumpla el «sueño» de su vida, tener un teatro propio (el Teatro del Soho Caixabank), el hiperactivo malagueño sigue ideando iniciativas para consolidar el regreso a su tierra. Ahora, detalla La Información, ha puesto sus ojos en la mítica Casa de Botes, el restaurante al inicio del Paseo de Levante del Puerto de Málaga.

Finiquitada hace años la aventura de La Posada de Antonio, lo cierto es que el negocio hostelero siempre ha sido una de las pasiones empresariales de Banderas. Recordemos que adquirió hace un par de años una parte de las acciones de la bodega de El Pimpi, pasando a ser copropietario de la popular bodega y reforzando así el músculo financiero de la empresa cara a los proyectos que está desarrollando.

Por lo pronto, el intérprete registró a finales de septiembre una sociedad, Bote Puerto de Málaga S.L., de la que es socio único (su administrador es su hermano, Francisco Javier) y cuyo objetivo es «la explotación de negocios relacionados con la hostelería». Fuentes de El Pimpi consultadas por este periódico aseguraron que están evaluando el proyecto aunque no es seguro que se presenten finalmente.

La apuesta de Banderas y El Pimpi, desde luego, sería francamente ambiciosa: hablamos de un local de algo más de 1.000 metros de superficie útil distribuidos en dos plantas y casi 400 metros de terraza; todo ello en un entorno inmejorable, frente a la Farola, muy cerca de la playa de La Malagueta. Números que sostendrían la idea original de la Autoridad Portuaria, responsable de la Casa de Botes: levantar un restaurante emblemático en una zona más que pujante.

Según el pliego del concurso licitado por el citado organismo, la empresa adjudicataria deberá hacerse cargo de las obras de forma íntegra y ejecutarlas en un plazo máximo de 24 meses. El concesionario abonará a la Autoridad la tasa de ocupación (41.845,76 euros) y la de actividad, con un importe del 6% del volumen de negocio. Esta última tasa empezará a devengarse a partir de la fecha de inicio de la explotación. La Autoridad Portuaria espera ofertas para la concesión administrativa de la Casa de Botes hasta el 2025; el plazo termina el próximo 25 de este mes, a las 14.00 horas.