La cultura y, en concreto, el mundo del teatro abrigan aventuras que crecen libres y echan a volar sin que sus propios creadores puedan interferir en esta travesía. Es lo que le ha sucedido a la compañía malagueña SidesOut, dirigida por Sara G. Cortijo, que ha viajado este pasado fin de semana hasta Bruselas, donde su obra de teatro 'Zenica' ha sido representada en La Maison de l´Amérique

Latine. Las cuatro funciones que acaban de poner en escena en esta Casa de América Latina Sara G. Cortijo y su compañero el actor Agus Cascón simbolizan que, al final, se les ha ido de las manos esta pieza que tuvo estrenos de los más underground en salas malagueñas y luego recaló en el Málaga de Festival (MAF) o en sendos teatros de los barrios madrileños de Lavapiés y Chueca. Y, por si fuera poco, en las próximas fechas verá la luz el libro con este texto de Sara G. Cortijo en el que el amor y los tiempos tecnológicos que corren afloran sin trampa ni cartón.

Al evocar el germen de este salto a la agenda cultural de la capital belga, la autora, directora y actriz de la obra, Sara G. Cortijo, relata que "todo surgió porque tengo una buena amiga de Málaga que vive allí en Bruselas y me dijo que había mucho público latino y bastante demanda de teatro en español, que hay muy poca oferta cultural en español y lo poco que se organiza tiene bastante público".

"Así que me decidí a enviar el dossier de nuestra obra a diferentes teatros y centros que organizaban actividades en español, entre ellos La Casa de América Latina, y me la seleccionaron a mediados de año; desde entonces, nos pusimos a ensayar, a preparar nuestro viaje y la difusión de la obra a distancia", añadió.

Si se siguen los recuerdos que ha grabado en el equipo de 'Zenica' este periplo, su artífice sostiene que "ha sido una experiencia muy enriquecedora por el hecho de poder llevar esta historial real -sucedida en la ciudad bosnia de Zenica- que hacemos con tanto cariño fuera de 'casa' y ver las reacciones de un público, que ya no son los familiares, amigos o conocidos que pueden venir a representaciones más cercanas en el espacio, sino gente que, a priori, ha sentido un interés por la obra".

"Creo que eso nos ha dado más seguridad y nos hemos sentido muy a gusto realizando las funciones, las impresiones que hemos recibido de ellos fueron muy buenas; al final de cada función tuvimos la oportunidad de charlar con parte del público y la gente salía emocionada, incluso una mujer nos dijo que casi la habíamos hecho llorar, y que, en general, se sentían muy identificados con lo que contamos en esta historia, pues al final todos hemos pasado por una ruptura, nos hemos visto atrapados en una relación que no nos convencía de la que no sabíamos muy bien cómo salir o hemos tenido miedo a los cambios", agregó Sara G. Cortijo.

Según reiteró esta periodista, actriz y autora teatral malagueña, "Zenica de lo que habla es de sentimientos, de relaciones, de personas; es muy bonito ver cómo llega a la gente, independientemente del lugar en el que la representemos". "La difusión que hizo el Instituto Cervantes de la obra también fue muy importante, ya que vino mucho público a través de esta labor; además, debo agradecer la infinita generosidad y amistad de mi compañero de escena, Agus Cascón, y de nuestro técnico de sonido, iluminación y proyecciones, Sergio Sánchez, porque siempre dicen que sí a todas las propuestas que les hago por muy locas que sean, como esta de llevar Zenica a Bruselas, que ha sido genial", concluyó esta joven vinculada a la barriada malagueña de El Tarajal.