Cerrado el caso Marina Vargas-Fernando Francés. El juez ha desestimado la denuncia de agresión de la artista granadina contra el exdirector del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Málaga por falta de pruebas.

"Estoy contenta", asegura Vargas. Podría ser una contradicción, pero la granadina siente que el proceso y su resultado han sido "una victoria": "El juez ha dictado una sentencia de seis páginas en las que me da credibilidad. En su reflexión introduce dos puntos importantes: el primero, si yo denuncié, si hice un comunicado público, la dirección de la Feria de Arte de Santander (lugar donde se produjo la supuesta agresión) tendría que haberse puesto en contacto conmigo; y segundo, por precaución, tendría que haber guardado las imágenes de las cámaras [que se conservan por defecto sólo diez días]", apunta la artista.

El dictamen del magistrado del Juzgado de Instrucción número 4 asegura que es "lamentable la pérdida o extravío de la denuncia en la comisaría de Santander por plazo de un año, pero obviamente tal cosa no es atribuible al denunciado".

Y un matiz que la artista considera fundamental: en la sentencia el magistrado impide a Francés interponer una denuncia contra Vargas por manchar su honor, tal y como avanzó el cántabro que haría durante el juicio. "No hay elementos de juicio que permitan pensar en una fabulación de la denunciante, que señala desde el primer momento, desde la interposición de la denuncia, que existen cámaras de seguridad que pudieran haber grabado los hechos, lo que no es congruente con la presentación de una denuncia falsa, pues en tal caso lo que se procura es constuir una versión falaz de los mismos, para lo cual los elementos corroboradores se los suele fabricar el propio denunciante, sin señalar nunca un elemento tecnológico que le puede dejar en evidencia", razona el juez.

Y sigue el magistrado: "La declaración plenaria de Marina Vargas es, además, prolija en detalles que alguien que miente no suele manifestar, como, por ejemplo, que habla del incidente en la cena posterior, con el riesgo de que los testigos luego la puedan desmentir, como aquí ha ocurrido"

Ahora, Marina Vargas dice sentirse "libre", tras un proceso largo, de más de un año, desde la denuncia pública (primero ante la Policía y después en un comunicaco público en su cuenta de Facebook) hasta la celebración de la vista: "Necesitaba este juicio. Ha sido una lucha desde que denuncié hasta el día de hoy. Siento que he hecho todo lo que tenía que hacer. También es un triunfo por si esto sirve para que esta persona se lo piense dos veces a la hora de amedrentar a otra mujer".