La cultura malagueña se despide del artista Nano Lentisco, fallecido hoy a los 55 años.

Nacido en Cuenca pero "boquerón por los cuatro costados" (ha vivido entre nosotros los últimos 29 años), como solía decir, Miguel Ángel Lentisco Anguita comenzó en el mundo del cómic. Pronto sintió que su "verdadera vocación" era el arte. Lo tenía tan claro que dejó sus estudios de delineante tras cuatro años de carrera y viajó a Málaga para dedicarse a su gran pasión: una pintura libre, sin presiones ni límites.

En sus cuadros Lentisco recreaba su propio mundo de una forma muy innovadora, en el que el color, las formas y las expresiones tienen un sentido fundamental. "Soy un pintor original por mis personajes, por el color, pero sobre todo por lo que más se caracteriza mi trabajo es por la alegría que intento transmitir en ellos", nos contó en una entrevista hace unos años.

La obra de Nano pasa por el cómic underground, por el expresionismo figurativo alemán y maneja la gama cromática del pop art. Sus exposiciones y sus cuadros no resultan inadvertidos para nadie. Sus obras albergan personajes que deambulan por su barrio, gente del día a día que son retratadas de una forma muy especial.

Pero Nano también rinde homenaje a los grandes: versiónes de obras de Velázquez, Manet o Picasso cargadas de elementos de humor y de llamativos colores. Pero sin lugar a duda su serie de submarinas, en la que retrata un imaginario fondo marino y que resulta la producción más barroca de su obra, es la que más le gusta. "Con las submarinas me siento más libre, es donde nunca tengo limites son sin lugar las más divertidas", añade el artista.

Descanse en paz.