'Rosario Pino: paraíso y ocaso de una actriz' es mucho más que una exposición; se trata del justo recuerdo a una intérprete de nuestra tierra sepultada por el tiempo.

A través de fotografías, mapas, manuscritos, publicaciones, prensa diaria y especializada el visitante del Museo del Patrimonio (MUPAM) se adentra en la trayectoria vital de esta eminente actriz teatral que llegó a recibir el título de Hija Predilecta de su ciudad natal y tiene dedicadas calles no solo en Málaga, sino también en ciudades como Madrid y Sevilla.

Nació en 1870 en una humilde casa malagueña de calle Refino, en el barrio inmediato al Teatro Cervantes, así que parecía que el futuro de Rosario Pino estaba predestinado. Y llegó a ser una de las grandes damas de la interpretación de su época, la preferida por Jacinto Benavente para estrenar sus obras y la gran rival de María Guerrero por el cetro de la intepretación, pero su nombre cayó en el olvido. De hecho, si googlea usted a la actriz malagueña, muchas de las 10.000 referencias de que dispondrá tienen que ver sólo con con las calles a la que da nombre en Fuengirola, Alhaurín de la Torre y Madrid; poca, muy poca información exprimirá usted de internet sobre una mujer que definió el concepto de alta comedia en nuestro país.

Afortunadamente, Rafael Inglada, gran experto picassiano de nuestra ciudad y un exhaustivo explorador de la memoria de la tierra, ha saldado por nosotros la deuda con la intérprete con la biografía de la actriz, para la que ha empleado, entre otros proyectos, cinco años de trabajo y ahora la exposición del MUPAM, que estará en cartel hasta el 26 de enero de 2020.

Jacinto Benavente la llamara «mi intérprete» y Carmen de Burgos, Colombine -la primera periodista española-, le dedicara estas palabras: «Es la más completa de todas las artistas españolas que, por su figura, su elegancia, su modernidad, la exquisita sensibilidad de su espíritu y la profundidad y morenez de su rostro, es, más que una artista, la encarnación real y plástica del genio del teatro moderno».

El arte de Rosario Pino viajó por América y Portugal en larguísimas campañas junto al también actor malagueño Emilio Thuiller; hizo también cine con Benito Perojo (La condesa María, Un hombre de suerte), pero lo suyo fue siempre el teatro: «En el cine falta el estímulo directo de la sala». La exposición del MUPAM se completa con una selección de escenas de 'La condesa María'.

El Ayuntamiento de Málaga efectuó un brillante y solemne homenaje en su honor en el Teatro Cervantes el día 10 de febrero de 1914, donde fue nombrada hija predilecta de su ciudad natal. Poco después se retiró, para reaparecer y, finalmente, abandonar definitivamente los escenarios. Cuentan en el portal 'Historia de Málaga' que esta hija de cajista de imprenta que llegó a diva volvió entonces a una vida recogida y humilde: vestía con sencillez, hablaba poco y sonreía a los que le adulaban recordándole sus éxitos pasados, aunque poco a poco su nombre terminó cayendo en el olvido. Murió «por la gangrena de un ántrax», según los periódicos de la época. Y luego murió otra vez, por el olvido y el tiempo cruel. Gracias a Rafael Inglada, con su biografía y ahora su exposición, podemos restituirla en la memoria de su ciudad.