Una niña que se maravillaba «ante las cosas corrientes». Así se definió Siri Hustvedt cuando recientemente recibió en Oviedo el Premio Princesa de Asturias, que reconocía su aportación a las Letras y una larga y prolífica carrera en la que ha demostrado su valía en más de un género literario. Ahora es Seix Barral quien recupera una de sus novelas más destacadas, 'Elegía para un americano', un libro que en España ya se publicó hace una década cuando la autora estadounidense publicaba con el sello Anagrama. Pero la edad de la novela aquí no cuenta, porque lo importante es que la historia no ha perdido vigencia. Es lo que hace de Hustvedt, originaria de Minessotta pero con unas fuertes raíces noruegas, una de esas autoras que es imprescindible leer. No busca, aunque lo logre, relatar lo extraordinario, sino lo más cotidiano. Las vidas ordinarias que de repente se ven marcadas por un evento que les cambia el rumbo, los sentimientos y esos miedos ocultos que sólo nos atormentan en el momento que nos quedamos a oscuras para que nos acoja el sueño.

Narra 'Elegía para un americano' las vicisitudes de dos hermanos, Inga y Erik, que se tienen que enfrentar a la muerte de su padre, lo que a su vez les hará ponerse ante el espejo y ver sus propios problemas, ambos en un momento de su vida en el que la felicidad casi se ha convertido en un recuerdo borroso. Será el descubrimiento de un secreto de juventud de su padre lo que desencadene una narración en la que la autora contrapone muchos conceptos, la vida de la gran ciudad frente a la de una pequeña población rural en donde el tiempo parece no pasar, la soledad cosmopolita frente al apego familiar y la propia historia del siglo XX cargada de momentos convulsos, guerras, despedidas y gentes en busca de un lugar donde comenzar de nuevo y convertir los secretos en olvido.

Y todo ello lo cuenta la escritora con un estilo muy particular, muy suyo, intimista, introspectivo, de ese que engancha casi desde la primera línea pero con una forma de narrar que hace fácil lo difícil. Hay, además, en esta novela un poco de lo que Hustvedt ha conocido, porque también en este caso los protagonistas proceden de la emigración noruega y bien sabe ella lo que es vivir esas dos vidas, la de la niña que se cría con ecos de otros país en la América profunda y la de la autora conocida que disfruta del éxito y de su familia en un barrio de Brooklyn. Con unos secundarios bien definidos y tramas que se van entretejiendo, 'Elegía para un americano' es una buena adquisición, una forma de descubrir a una pensadora, porque es mucho más que una novelista, que aún está por explotar en nuestro país para llegar a un público aún más amplio.

Pero no sólo esta novela es una recomendación para este otoño-invierno. La oferta es variada. En el catálogo de Seix Barral están otras novelas de Hustvedt como 'Los ojos vendados', 'Todo cuanto amé' o 'Recuerdos del futuro', pero también ensayos como 'La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres', en el que explora cuestiones como el feminismo. Muy recomendable es también 'Vivir, pensar, mirar', obra que fue publicada por Anagrama y en la que aborda temáticas siempre presentes en sus escritos, el yo más profundo, el mundo que nos rodea, la influencia de las raíces familiares e incluso la mirada hacia el arte, otro de los ámbitos que interesan a la escritora. De hecho, ya dedicó otro ensayo al arte, 'Los misterios del rectángulo', publicado en España por Circe, en el que además se detenía especialmente en Los Caprichos de Goya, un pintor del que siempre se ha declarado fascinada. Y sobre el amor habló en 'Una súplica para Eros', una recopilación de escritos donde lo personal y lo no real se mezclan para poner de manifiesto que la autora tiene ese don de enganchar al lector y transportarlo mientras lee a un espacio-tiempo donde sólo existe la palabra escrita, ya sea porque está narrando cuestiones universales o escenas del ámbito más personal del que lo cuenta.

La literatura es siempre un buen arma para exorcizar los fantasmas que nos atormentan, es entretenimiento pero también una excelente vía para reflexionar sobre uno mismo y lo que nos rodea. Y todo ello lo consigue Hustvedt. Léanla.