Lito Fernández es un espíritu libre, o al menos así se define él mismo, como un hombre que vive «fuera del sistema» que no entra dentro del estilo de vida convencional. Como un buen músico, ha pasado gran parte de su vida en los escenarios de todo el mundo, tocando con unos y otros. «No me ha dado tiempo ni de estudiar», comenta. Para el artista del blues, el género se compone de «un estilo de gente que ha sufrido y lo ha pasado mal, es lo que cuentan las letras».

Aunque comenzara a tocar de forma profesional en 1969, si por algo ha destacado Lito es por su trayectoria ligada al blues, un género al que le ha dedicado su carrera musical. En 1989 formaría la Lito Blues Band, con la que ha «plantado una semilla» en el género. Junto a él, han pasado varios artistas porque «hay que cambiar de músicos, no pueden ser siempre los mismos», afirma.

Admite que en un primer momento quería probar con el jazz, pero era demasiado «vago», por lo que optó por el blues al que define como «la madre de todo lo que hay ahora. Es como un árbol al que le han empezado a salir ramas». A pesar de ser una de las grandes figuras del género no solo a nivel local, sino en todo el país, al guitarrista solo le interesa tocar su música, aunque siempre agradece al cariño que le brindan sus amigos y seguidores. Aún recuerda como «cuando no había nada», hacía hasta seis conciertos en una misma semana y se llenaban las salas.

No todo han sido luces, aunque Lito prefiere quedarse con los grandes momentos de estos 50 años de trayectoria: «Es un lujo poderte dedicar a lo que te gusta», afirma. Sonríe cuando recuerda que tocó con Mick Taylor, que fue guitarrista de los Rolling Stones, en un concierto: «Fue algo inolvidable», admite. A Taylor se une una larga lista de artistas con los que ha colaborado: «Esto es así, conoces a gente y nos veíamos el día de antes y probábamos un poco y al día siguiente hacíamos el concierto delante de miles de personas», explica.

En estos ha aprendido mucho, sobre todo a tocar «con alma y con sentimiento», subraya. Asimismo, también ha sabido diferenciar entre «lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer». Reconoce que el camino no ha sido fácil y que han estado «saltando obstáculos».

Lito no ve lejana su retirada, aunque espera «morir con las botas puestas». Ha pasado por un trasplante de hígado recientemente, del que ha salido con éxito: «Ahora no sé como va esto, si de repente vuelve», subraya. Cuando se recuperó, sus amigos y fanáticos le hicieron un reconocimiento, de muchos otros: «eso tiene que ser un indicador de algo», comenta entre risas. A él no le van estos eventos, aunque reconoce que es bonito ver a todos juntos, pero eso si, «lo organizas tú», sentencia.

A pesar de todo, aún le queda superar la celebración de sus 50 años como músico en La Cochera Cabaret, que contará con músicos como Joseito Marín, Daniel Amar, Toni Romero, Javier Martín, David Qintero o Daniel Torres, entre otros. A los próximos años solo le pide una cosa: «Envejecer con dignidad» y seguir tocando. Lito es de los que quiere ser recordado por haber aportado su granito de arena para que el blues sea reconocido «y ya está», explica. «Lo de buena persona está muy visto».