La tónica Schweppes es única en su especie. O al menos así rezaba el anuncio que la conocida marca de refrescos lanzó el año que cambiaría para siempre la vida de los integrantes de la Duty Free. Corría el año 1999 cuando esta banda, que para entonces ya había cosechado algún que otro premio y ganado varios concursos, se topó con la marca de refrescos para protagonizar una gira por los bares de Andalucía. La gira fue todo un éxito y, al año siguiente, Schweppes les pidió repetir la experiencia pero, esta vez, querían una banda de soul. «La gira finalmente no salió y nos quedamos con la banda montada. Nos gustó tanto que seguimos tocando», relata Kiko Moya, guitarrista del grupo. Y así fue como nació Free Soul Band, hace ya 20 años. Lo celebran hoy con un concierto muy especial en La Cochera Cabaret.

Más de 2.000 conciertos repartidos por toda la geografía española y una gran cantidad de festivales en Francia, Portugal, Italia y Gibraltar. Los nueve componentes de la Free Soul Band son ya una familia. O una extensión del cuerpo, como la describe Kiko. Este sueño cumple 20 años en los que sus integrantes han podido vivir de lo que realmente les apasiona, la música, asegura Rafa Insausti, guitarrista del grupo. Y lo han hecho a su manera. Han tocado en bares, barcos, camiones o estadios. Han participado en programas de televisión como Hagamos el humor (Canal Sur), y han celebrado durante ocho años la Navidad junto a todos los malagueños, subidos a un camión y cantando vestidos de Papá Noel.

Con una trayectoria tan amplia, el grupo musical ha tenido que hacer frente a varias idas y venidas. En 2003, la cantante Laura Insausti abandonó el grupo. Como cosa del destino, una noche encontraron al que sería el vocalista durante los próximos nueve años, en la barra del Rock House. Javito formaría parte de la Free Soul Band hasta 2012, cuando decidió dejar la banda. Entonces entró en escena Suzette Moncrief, que sería la única vocalista del grupo hasta que Javito decidiera regresar. Manuela Nelom y Noe Sakura han sido otras de las voces que han protagonizado las versiones de esta banda. «Cada cantante le ha dado una personalidad al grupo pero la línea sigue siendo la misma», explica Rafa.

La esencia de esta banda siempre ha sido la de transmitir lo que es el soul. What a wonderful world es la canción con la que la banda termina todos sus conciertos, porque «el mundo puede tener muchas cosas malas pero qué mundo más maravilloso», exclama Insausti.

Y 20 años después lo siguen transmitiendo. Estos nueve artistas lo dan todo cada vez que se suben a un escenario. Quizás, dentro de otras dos décadas decidan bajar el ritmo, explica Kiko, pero por ahora eso no entra en sus planes. A día de hoy siguen dando el máximo porque lo que les llena es hacer disfrutar a la gente.

Y lo consiguen. A costa de todo: una vez fueron en furgoneta a Francia, donde tenían que actuar en un festival, pero se equivocaron de pueblo, así que tuvieron que coger de nuevo la carretera para terminar llegando justo al sitio y la hora. Sin dormir ni descansar. Al final, estos son los recuerdos que copan el album de estas dos décadas de trayectoria. Veinte años que Rafa Insausti resume así: «Los que estamos nos queremos mucho, y eso es lo que más nos importa a nosotros».