Iniciándose en el mundo del rap, Pedro Ladroga ha ido construyendo un estilo particular que pasa por varios géneros como el trap, el hip hop o el flamenco, pero siempre con el toque personal, electrónico y «vaporoso» característico del cantante, que da como resultado un universo narrativo y visual propio e inconfundible. Será uno de los grandes nombres del Apocalipsis Fest, el festival de luminarias del trap con el que la París 15 celebrará el Día de Andalucía. Cecilio G, $kyhook, Bea Pelea, Sandro Jeeawock y Limabeatz, también en el cartel.

Pedro Ladroga es uno de los fundadores del colectivo Ladroga Lab, que el cantante define como un «sello de internet» en el que confluyeron un grupo de artistas con características diferentes a la música del momento, donde subían sus canciones y se reflejaba una imagen, una estética y un pensamiento más cercano del futuro que del presente. «Ladroga Lab siempre ha hecho un rollo más experimental y aflamencado, ha sido independiente y sigue siéndolo. Ahora hago un par de cosas con agencias, pero mi música siempre ha sido mi movida y va a seguir siendo potente y puterosa».

Le preguntamos a su propio firmante cómo es su música: «Es complicado porque siempre he viajado por los géneros que me han gustado y me han llenado. Cuando voy en un Blablacar y me lo preguntan, respondo que es rap, música urbana aflamencada, a veces reguetón, a veces más trap y que a veces tira más hacia la electrónica. Tengo temas de rap clásico, salsa, flamenco, trap, rap experimental, tres o cuatro discos de música instrumental... Es difícil concretar». Tampoco tiene del todo claro qué debe tener un tema para triunfar: «Nunca he pensado cuáles son las movidas que hacen que triunfe un tema, lo que sí me he dado cuenta que mis temas más naturales sobre cosas banales y de a pie llegan más a la gente. Hago muchas locuras, a veces pienso en qué se le pasará a la gente por la cabeza si meto algún sonido del Mario Kart y estoy esperando el plan a verás los chavales, van a flipar con esto; pero no pienso en qué hace falta para triunfar, ni lo sé. A lo mejor me hago el reguetón más potente del mundo, el Te boté 7.000 y no se pega. Se pega lo que le gusta a la gente de repente».

«Una forma de vida»

Para Pedro, crear música es «una forma de vida»: «Es mi estilo de vida y la forma en que la veo. Me da la vida. La música es mi droga, y mi droga es tu música [Ríe]. Es lo que me ayuda a seguir creando, superándome tema a tema y siendo feliz. Para mí todo eso es muy gratificante». Dejó de ir al Bachillerato porque en su casa «faltaba dinero»: «En ese momento estaba dando conciertos con un grupo que amo, La desgracia en compañía, y empecé a ver dinero. Desde ese momento decidí ponerme a hacer eso y darlo todo por la música». Desde entonces, en poco más de una década de trabajo, el sevillano ha creado un sinfín de canciones y de discos, siempre con la vista pensando en el futuro: «Cuando nosotros hacíamos Memphis en España, nadie sabía lo que era. Si hacíamos un rollo más vaporoso, nadie sabía lo que era el vaporwave. Cuando empezamos con el rollo witch house y a ponernos triángulos, cruces y medias lunas en los títulos de las canciones, en España eso no se lo imaginaba nadie y preguntaban qué era. Cuando empezamos a utilizar el lenguaje de los cultismos, al igual que se hacía en Florida, poníamos las v's, las x's y nadie lo hacía, lo hacíamos nosotros y Pxxr Gvng. Siempre hemos traído cosas que aquí en la vida se imaginarían que estaban siendo potentes fuera».