Hace más de una década, José Luis Marqués tuvo un sueño: abrir en Málaga la sala de conciertos más grande de España. En principio, iba a hacerlo en la calle París, número 15, pero cuestiones técnicas le llevaron a una vía cercana, La Orotava, aunque mantuvo el nombre y apellidos iniciales del proyecto. Hoy, diez años después, el sueño es una realidad que vive su mejor momento, aunque lamentablemente Marqués falleciera poco después de la inauguración. Una década de alegrías y baches, de orgullo y esfuerzo, que culminará el próximo 28 de marzo, con una fiesta de cumpleaños con una selección de artistas y bandas malagueñas que han pasado por sus tablas. Javier Ojeda, Dry Martina, Tabletom, Jammin' Dose, Jarrillo'Lata, Sonido Internacional, Julia Martín, Gordo Master, Break The Senses, Cravat, Don Gato & Darmo y Rubio Americano cantarán el happy birthday.

«Estamos en un momento muy dulce. No sólo por la cantidad de sold outs, que no deja de crecer últimamente, sino por el reconocimiento que supone el trabajo bien hecho evento tras evento por el público malagueño y de fuera de la provincia, que cada vez son más, y por supuesto la gratitud de agencias y promotores, que cada fin de semana confían en nosotros. Eso es lo que nos llena de alegría cada temporada», nos dice Cruz Ramírez, responsable de la sala.

Asegura Ramírez que «diez años para una sala de conciertos en Andalucía de este aforo [3.000 personas] no es un camino largo; es, más bien, un ahora empezamos a despegar». Lo cierto es que está década «no ha sido un camino fácil»: «Hemos ido esquivando los baches a base de luchar duro y no dejarnos derrotar por las adversidades».

De hecho, la aventura empezó con un gran escollo: la inauguración de París 15 estaba prevista para diciembre de 2009, pero la «burocracia selectiva» aportó unos «impedimentos injustos» que finalmente fueron evitados. «Tuvimos claro entonces que no íbamos a entrar por la puerta a la que nos guiaban, sino que tendríamos que luchar por abrir la que nos cerraban», asegura Cruz.

Y luego estaba el gran inconveniente, claro. Que se encontrara en un polígono industrial alejada del centro resultaba un «arma de doble filo» para la sala: «Por un lado ayuda, al no ser una zona urbanizada; por otro lado, a los malagueños les gusta muy poco desplazarse a cualquier sitio que no sea el centro de la ciudad. Pero podemos decir que el público se ha acostumbrado un poco más a moverse a zonas no céntricas y en eso radica la riqueza para la cultura de una ciudad como la nuestra. La sala no está en el fin del mundo sino a 10 minutos o menos en coche, la línea 19 te deja a cinco minutos andando...». Y saca pecho: «Un local del centro no podrá nunca ofrecer la facilidad de aparcamiento gratuito del que se dispone cuando vienes a un concierto a nuestra sala».

Los parroquianos de la París 15 saben que en Orotava suena casi de todo. Cruz Ramírez y su equipo no se cierran a nada: «Tenemos desde rock o metal extremo hasta sonidos urbanos o latinos, electrónica en diferentes vertientes y pop comercial salido en concursos televisivos, bandas homenaje, agrupaciones de Carnaval, monólogos, presentaciones de marcas, eventos deportivos y hasta pequeños congresos de profesionales de diferentes sectores». Y haciendo especial hincapié en las bandas locales y emergentes, uno de los grandes puntales de la más que diversa programación.

Logros

Cuando le preguntamos a Ramírez por su mayor logro en estos diez años, lo tiene claro: «Sin duda alguna, la creación de esta pequeña gran familia que formamos el equipo humano que trabaja en la sala, tanto los que trabajan en la actualidad como los que lo han hecho en el pasado. Todos ellos son los que han conseguido que una sala para 3.000 personas comenzara a funcionar en Málaga». Y por encima de todos ellos, José Luis Marqués, el pater familia al que se echa mucho de menos desde junio de 2013: «Fue el día más triste en la vida de la París 15. Sólo pudo disfrutar unos pocos años de su sueño hecho realidad. Sin su pasión por la música en directo y sus ganas de poner a Málaga en el circuito de salas nacionales no estaríamos hablando ahora».

Hay varias fechas que jalonan especialmente la década de la París 15. «El 1 de octubre de 2011 fue una de las noches más especiales: el concierto homenaje a Rockberto, con más de 3.000 personas y 50 músicos venidos de toda Andalucía... Tardaremos en olvidarlo. Como también los conciertos de Vetusta Morla, en 2014, y Amaral, en 2011, de nuestros primeros sold outs, y, más recientemente, el de Dellafuente en 2019 y el de León Benavente de principios de este año». Y las noches que quedan... Pedimos a Cruz Ramírez que sueñe y revele qué concierto le haría especial ilusión programar: «The Cure, por soñar muy alto [risas]. Algo un poco más factible: The Chemical Brothers, Richie Hawtin o Black Label Society». Confíen en el equipo de la París 15: seguro que los acaban fichando.