Todo el mundo aprovecha el confinamiento como puede. Algo caracteriza a los integrantes de la comunidad cultural, siempre resilientes: acostumbrados a salvar obstáculos siguen empeñados en crear, en idear adaptándose en tiempo y forma a un formato más doméstico imposible. Como, por ejemplo, el realizador malagueño Juanjo Rueda, que está subiendo a sus redes sociales videodiarios sobre el encierro forzoso, piezas muy cortas, que apenas llegan a los dos minutos, pero que revelan aristas interesantes sobre estas jornadas tan extrañas.

«No es la primera vez que hago este tipo de piezas. Sin ir más lejos mi último proyecto acabado es un cortometraje autobiográfico sobre la historia de mi familia, Litoral», nos cuenta Juanjo, residente en Madrid. «Con estos vídeos trabajo sin demasiada presión con ideas sencillas que me permitan experimentar y forzarme a ver las cosas que veo a diario desde una perspectiva nueva. Cada tarde, sobre las 19.00 o las 20.00 horas, las cuelgo en todas mis redes sociales. Si además de lo que te digo, de la propia tarea personal, consigo conectar con alguien ahí fuera sería genial», apunta el realizador.

«Ahora mismo, la única preocupación sobre la que tenemos algo de control es lo que ocurre dentro de nuestra casa. Me interesa contar eso en contraste con lo que ocurre fuera. Creo que el contexto lo amplifica y lo convierte en algo extraño», reflexiona el malagueño. Y en ese terreno de contraste entre lo interior y lo exterior, entre el mundo doméstico y la calle, tan cercana y, a la vez, tan cercana, transitan los videodiarios: se trata de retratos de «aspectos muy presentes en nuestra vida cotidiana, cosas que hacemos, vemos y tocamos a diario en contraste con una realidad externa y extraña que viene de fuera o con una impresión personal que viene de muy adentro. Lo importante es el contraste, el choque constante entre estas realidades de tan diferente magnitud», dice.

Hasta ahora hay tres piezas: «En la primera intento abordar el encuentro entre la cuestión subjetiva y la cuestión objetiva [a partir del discurso de Felipe VI sobre la pandemia]. Qué vemos nosotros y qué nos dicen que tenemos que ver. En el segundo aparezco yo subiendo la persiana eléctrica de mi salón. Aquí he intentado construir una impresión personal sobre el tiempo. El tercero trata sobre cómo recuerdo que es ir a la peluquería».

Son los primeros frutos de una cuarentena que, en el caso de Juanjo Rueda y su pareja, dura ya dos semanas. El realizador trabaja en Megamedia, la parte digital de Mediaset, que implantó el teletrabajo desde el primer día «y de manera rigurosa». «El confinamiento es una mezcla constante de sensaciones, el sentido de la realidad está muy distorsionado: el mundo se enfrenta a un hecho durísimo y nosotros, en nuestra casa, sólo tenemos que combatir el aburrimiento. Es un contraste que me parece bastante dramático y, también, muy interesante desde el punto de vista creativo».

La pandemia ha parado proyectos profesionales para la recién nacida productora que dirige junto a Luis Murillo (se ha detenido uno especialmente interesante con RTVE): «En el sector audiovisual español, muchas veces tan desprotegido, está siendo un terremoto. Aunque también estamos viendo cómo las productoras y otros creadores de contenido se adaptan muy rápidamente a esta situación adelantando estrenos en las plataformas». El propio Rueda ha adelantado el estreno online de Litoral (el 15 de abril en Filmin). Es la proverbial capacidad de supervivencia de los creativos.

Y luego está lo personal, evidentemente: «Tenemos amigos y familiares que trabajan en la sanidad pública o han contraído el virus. Al tío de mi chica lo acaban de ingresar en UCI con 74 años. Otros simplemente tienen negocios que ahora mismo no pueden atender. Estamos muy preocupados por todos ellos. En general estamos preocupados por la gente que no está teniendo tanta suerte como la nuestra», nos dice.

Acompañen a Juanjo Rueda y dejen que les acompañe con sus videodiarios. Garantizado: cunden.