Tu cara me suena, el 'talent' en que 'celebrities' demuestran su capacidad camaleónica para encarnar a icónicos cantantes de todos los tiempos, es uno de los muchos programas en 'stand by' por el Estado de Alarma decretado por el Gobierno. Sin embargo, una malagueña está consiguiendo ella solita mantenerlo a flote desde la terraza de su casa. Y es que la cada vez más popular María Peláe sale cada tarde, a las 20.00 horas clavadas, disfrazada de un colega de profesión para amenizar la cuarentena. Quién fuera vecino de la Peláe, aunque nos queda su cuenta de Twitter, a la que sube todos sus shows.

Madonna, Martirio (con peinetón, claro), La Veneno, Conchita Wurst, Raffaella Carra y Freddie Mercury («peloenelpesho» incluido) son algunos de los mitos de la canción a los que da vida la malagueña, con desparpajo y mucho cachondeo, justo lo que necesitamos estos días que pueden resultar entre tediosos y agobiantes. Unos vídeos que suelen contar con un actor

Seguro que pronto cae en estas sesiones de imitaciones de cuarentena la gran Lola Flores, sin duda, el referente más grande en el altar de ídolos de la malagueña: «Soy súper fanática de ella. Desde pequeña la escucho sin saber que era ella la que cantaba porque la escuchaba tarareada por mi madre o mi abuela. Tengo una muñeca enorme en mi mesita de noche, herencia de mi abuela. Mi pareja tiene que aceptar que yo le doy un beso en la frente a la Lola Flores antes de acostarme», comentó María en una reciente entrevista con La Opinión de Málaga.

Popularidad

El coronavirus con temas como 'La niña' o 'En casa del herrero' en los que mezcla flamenco, canción de autor y mensajes rotundos dichos con un guiño y mucha guasa. Con una tatarabuela que era cantaora en el Café de Chinitas, de casta le venía al galgo a María. Empezó a los 9 años, agazapada en su guitarra acústica, por timidez, para expresarse, y ahora busca nuevos métodos para comunicar «para probarse» a sí misma: «Me mandan muchos mensajes diciéndome que si lo que quiero es llegar a más personas... Pues claro. Qué pasa si quiero llegar a más personas si yo sé que no he perdido la esencia en el fondo».

Ahora, detenida su carrera, como la de tantos, por el Estado de Alarma, María Peláe se niega a dejar de hacer todos los días, a la misma hora, lo que más le gusta: probarse, divertirse, divertirse probándose y, de paso, divertir a los demás. Un aplauso a los sanitarios, claro, pero también otro para quienes nos entretienen y se la maravillan estupendamente.