Fernando Francés volvió ayer a pisar el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga que dirigió durante 15 años, en calidad de comisario de la exposición de Lacomba. El exresponsable de la pinacoteca, que comisarió todas y cada una de las temporales del que fuera su centro, acudió a la inauguración virtual de la muestra, en la que sólo se admitieron preguntas al artista, decisión nada habitual en estos casos, suponemos que para no desviar la atención de la temporal hacia la controvertida figura de Francés, que en los últimos años ha estado en el ojo de huracán por polémicas como las protagonizadas por los mosaicos de Invader en Bienes de Interés Cultural (un juicio a falta de sentencia) y la agresión a la artista Marina Vargas (proceso en el que el gestor fue absuelto por falta de pruebas). En realidad, muchos aseguran que el cántabro nunca se fue del todo del antiguo Mercado de Mayoristas: su antigua empresa, Gestión Cultural y Comunicación, sigue al frente del centro municipal; Francés la vendió, dijo en su momento, a un «grupo de inversores del norte de España» para poder así aceptar el cargo de secretario de Innovación Cultural y Museos de la Junta de Andalucía (puesto que abandonó pocos meses después). Ese «grupo de inversores del norte de España» está capitaneado por José Luis Díaz Noriega (más conocido como Sepi), un empresario hotelero que no había estado vinculado en absoluto al mundo artístico y amigo íntimo de Francés. Si chequeamos las redes sociales de Fernando Francés (en Twitter, por ejemplo, sigue refiriendo que es secretario general de Innovación y Museos de la Junta) vemos cómo sigue promocionando todas y cada una de las muestras y actividades del centro que levantó y dirigió (no se refiere a otras exposiciones de otras galerías o museos: sólo menciona las del CAC). Recordemos que cuando abandonó el organigrama de la Junta de Andalucía avanzó que se tomaría un tiempo lejos de la gestión cultural para abordar proyectos solidarios y relacionados con «niños y jóvenes con capacidades distintas».