Manuel Hernández-Silva ya no ocupa el podio de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM). Dos meses antes de lo programado, el mallorquín José María Moreno se ha puesto al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga, tras proclamarse ganador el pasado mes de noviembre de un concurso público al que se presentaron un centenar de directores de todo el mundo. En su regreso a los ensayos presenciales tras meses de parón por la alerta sanitaria, una vuelta marcada por controles de temperatura, geles, mascarillas, paños desinfectantes y mamparas, Moreno y sus músicos se han enfrentado a un «auténtico reto, mayúsculo», la grabación de la Quinta Sinfonía de Mahler, una obra que lleva a los instrumentistas «al límite de la dificultad» y que, «desde el punto de vista psicológico, supone una transición de las tinieblas a la luz».

«Es una obra muy compleja, de las más endiabladas de Mahler. Y grabarla tras tres meses sin tocar juntos acentúa el reto. Más aun teniéndolo que hacer con el protocolo sanitario que se ha establecido. La distancia que tenemos entre los músicos es enorme y para una orquesta es muy importante que las diferentes secciones se puedan escuchar», señala.

Las grabaciones son una de las apuestas de la Filarmónica malagueña, que la próxima semana registrará el Don Quijote, del compositor y director malagueño Arturo Díez Boscovich.

Moreno afronta con ilusión y agradecimiento su etapa en Málaga, una tierra con la que siempre ha mantenido una estrecha vinculación (sus abuelos son de Alhaurín de la Torre). «Siempre me han dicho que mi temperamento y mi manera de ser al dirigir era muy andaluza», reconoció a este periódico cuando fue nombrado titular de la OFM; una orquesta, por cierto, que ya conocía bien: «Ya trabajé con esta orquesta hace tres años. Fue un flechazo», aseguró. Su obsesión al frente del conjunto malacitano, captar «nuevos públicos» y «lograr una mayor rentabilidad social» de la formación. El coronavirus Pero, de momento, ya ha cuajado una interesante agenda de conciertos para su particular desescalada: destacan los recitales del ciclo del Castillo de Gibralfaro (que comienza a principios de julio) y varios compromisos en La Térmica.

Banderas

En la agenda de Moreno figuran dos nombres propios. Por un lado, el de Antonio Banderas, con quien trabaja cara a «un concierto muy potente del que no puedo dar ningún detalle», aclara, que tendrá lugar en el teatro que el actor ha impulsado en Málaga, el Soho CaixaBank. Por el otro, el de Plácido Domingo, a quien dirigirá el 8 de abril de 2021 en Lucerna, con la Sinfónica de Zúrich. A Moreno no le importa trabajar con Domingo, pese a las acusaciones de acoso sexual. «Soy licenciado en Derecho, así que respeto la presunción de inocencia. A Plácido se le ha hecho un juicio anticipado. Quizá hubo declaraciones poco afortunadas pero no se le ha hecho un juicio en toda regla. España le ha vetado de forma unánime mientras teatros muy prestigiosos en Europa continúan dándole su apoyo».