La lista de los deseos iba a devolver a Álvaro Díaz Lorenzo a la competición del certamen de su tierra, el Festival de Málaga, pero la irrupción del coronavirus y las nuevas fechas de la cita audiovisual lo cambiaron todo. Ahora, sobre los hombros del realizador de Fuengirola (hijo del prestigioso cirujano Francisco Díaz Yanes y sobrino de Agustín Díaz Yanes, guionista y director de cintas como Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto o Alatriste) está buena parte de la desescalada del audiovisual patrio: su nuevo largometraje, tras los exitosos Señor, dame paciencia y Los Japón, es la primera gran apuesta nacional tras la reapertura de las salas de exhibición. El director, acostumbrado a cumplir y rebasar las expectativas comerciales de sus películas, se muestra confiado en las posibilidades esta «road movie que no mira atrás sino que marca el camino hacia la esperanza; una historia sobre las ganas de vivir de unas mujeres valientes y luchadoras que emprenden un viaje emocional y físico que les cambiará para siempre».

Hay que ser todo un valiente para estrenar una película en estos momentos.

La verdad es que confiamos mucho en la película, yo creo que va a ir bien. Los cines necesitan películas nuevas para atraer al público, y al ser de las primeras durante varias semanas no habrá tanta competencia así que las películas durarán más tiempo en cartelera. Quien no arriesga no gana.

Al final supongo que es el mejor momento para estrenar una película sobre las ganas de vivir, ¿no?

Sí, es una película vitalista y optimista sobre cómo dos mujeres afrontan una terrible enfermedad; sobre las ganas de vivir y de no rendirse y luchar. Además, es una película rodada en Andalucía en un 90%, en Sevilla, Tarifa, Vejer, El Palmar, y también en Marruecos; es súper abierta, con playas, buen tiempo, comida rica... [Risas] Con esta película nos desquitamos de estos cien días del confinamiento, de no poder viajar y no hacer nada. Y también se hace turismo andaluz, hay que hacer turismo nacional pero si puede ser andaluz mucho mejor [Risas].

Dice Antonio Pérez, su productor y quien levantó un proyecto tan complicado pero a la postre tan importante como Solas, de Benito Zambrano, que de las 40 películas que ha hecho La lista de los deseos ha tenido las mejores opiniones en los pases para espectadores. ¿Qué dicen los que han visto La lista de los deseos?

Cuando termina la gente se te acerca y te habla de una manera muy íntima, con mucha pasión y corazón; siempre han hablado bien de mis películas en estos pases, sobre todo de Señor, dame paciencia, pero ésta, en la que tratamos temas como la muerte y la segunda oportunidad... a la gente le toca. Pero gran parte de culpa de eso la tienen mis tres súper actrices: Victoria Abril, María León y Silvia Alonso, un trío ganador que enamora a todo el mundo.

La lista de los deseos es un pequeño viraje en su carrera. Es una comedia, sí, pero hay más facetas en ella que la búsqueda de la sonrisa a toda costa. ¿Va por ahí su carrera?

Ya en Señor, dame paciencia buscaba algunas cositas, pero la historia era la que era. A mí me gusta mucho la comedia inglesa social, que te habla de cualquier tema; evidentemente no lo hago tan bien como ellos pero lo intento. Ésta es mi película más personal. Me encanta la comedia pura y dura, pero quiero tratar más temas, en forma de comedia dramática o drama con comedia.

Es una película escrita por un hombre, usted, sobre mujeres en la que ellos tienen un papel muy, muy secundario. ¿Ha sido complicado levantar una historia desde el yo femenino?

La verdad es que no. Ya en Señor, dame paciencia me di cuenta de que los personajes que más me interesaban eran los femeninos, los de Silvia Alonso, Rossy de Palma y Megan Montaner. Y al ver que funcionaba perdí el miedo a reflejar ese universo femenino, cogí la confianza que necesitaba. Mi primer público son las actrices, y cuando un icono del cine como Victoria Abril te dice que sí a tu guión, sabes que algo has hecho bien; luego, cuando te dice que le gusta el personaje y te hace sugerencias de cambios, sabes que vas por buen camino. Me gusta más escribir personajes femeninos. En mi próximo proyecto, la serie Desamor, las tres protas son mujeres otra vez.

Salva Reina, Mara Guil, Joaquín Núñez, Álvaro Carrero, La Mari (que aporta la canción principal de la película, La vida viene y va)... Muy malaguita le ha quedado la cosa aunque al final nunca ha rodado aquí.

Me quiero quitar esa espinita con Desamor, que estará íntegramente en Málaga, con actores malagueños, como Salva Reina, que no puede faltar. Será una serie sobre las seis fases sentimentales por las que pasa una chica [la protagonista, Megan Montaner] cuando la dejan en el altar: negación, ira, depresión, aceptación, superación... Seis capítulos de media hora. Y quiero hacer lo que hace Woody Allen con su querida Nueva York: él saca la Nueva York más bonita, que es muy bonita pero Málaga lo es igual o más; yo quiero sacar la Málaga bonita, de postal, de muchos paseos, del Centro Histórico, de Pedregalejo... Es fácil que la gente se enamore de Málaga: sólo hay que poner la cámara.

¿Cómo fue la colaboración con La Mari?

Desde el principio, cuando escribía el guión, quería que ella escribiera el tema central. Cuando nos dijeron que la película se iba a poder hacer, le pedí a Salva [Reina], que es amigo de ella, que me pusiera en contacto con ella. Así que le mandé el guión y, como vivimos muy cerca, quedamos y estuvimos 3 ó 4 horas hablando sobre la película. Dejé que hiciera lo que quisiera, y ha hecho una canción súper bonita.

¿Usted tiene una lista de deseos?

Sí, ahora mismo tengo tres: el primero, que se acabe esta pandemia, que se encuentre la vacuna y volvamos a la normalidad de siempre; el segundo, poder seguir rodando series y películas, porque levantar un proyecto de la nada es un milagro, y el tercero, viajar mucho, porque me encanta escribir mientras viajo.