«Cuando vuelva la normalidad tenemos que ser más sensibles y cuidadosos». Son palabras del popular músico Ara Malikian (Beirut, 1968), que acaba de reanudar su agenda de conciertos (que le traerá a Málaga en varias ocasiones: el 12 de agosto en el Starlite de Marbella, el 11 de septiembre en el Auditorio Municipal Cortijo de Torres y el 26 de ese mismo mes en el Parador de Málaga Golf Club). El célebre violinista de origen libanés llevaba varios meses sin tocar por culpa del confinamiento y afronta eel regreso con especial ilusión: «Han sido cuatro meses sin conciertos, así que tengo mucha ilusión. Elon [su pianista] y yo teníamos muchas ganas de volver al escenario para compartir nuestra música». El músico se muestra agradecido por poder tocar ante sus seguidores: «Estamos inmensamente agradecidos al público que ha decidido venir a vernos porque para nosotros es muy importante. Nos hace sentir vivos. La gente engrandece la música y la cultura».

Los meses de parón han sido difíciles pero le han ayudado a entender qué es lo importante: «Lo he vivido con preocupación por cómo afecta el virus a los más vulnerables. Personalmente agradezco haber podido parar. Nunca he tenido dudas de que ibamos a volver. Hay que buscar el lado positivo y reflexionar sobre cómo hacíamos las cosas». Confiesa el de Beirut que su vida era demasiado frenética y eso debía cambiar: «Antes llevábamos un ritmo infernal y ahora tenemos que cambiarlo. Debemos disfrutar y cuidar mucho de lo que tenemos. Cuando vuelva la normalidad tenemos que ser más sensibles y cuidadosos».

Critica que siempre sufran los mismos y no se apoye a la cultura: «Es lo primero que sufre cuando hay crisis. Las ayudas están muy bien para sobrevivir, pero no creo que tengamos esa suerte. Nos tendremos que buscar la vida. No podemos estar pendientes de las ayudas porque nos moriremos de hambre. Tenemos que movernos y reinventarnos para intentar sobrevivir». Respecto a cómo serán sus actuaciones a partir de ahora con las nuevas medidas de seguridad, el compositor declara que «los conciertos serán diferentes, pero al final uno se adapta. Lo importante es que el público disfrute la música, da igual cómo estén sentados. Debemos respetar siempre la seguridad de todos».