El Museo Carmen Thyssen Málaga inauguró ayer la nueva exposición temporal Máscaras. La exhibición, cuyo inicio estaba programado para el 24 de marzo, fue pospuesta debido a la declaración del estado de alarma y ahora estará en cartel hasta el próximo mes de enero. La inauguración contó con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la concejala de Cultura, Noelia Losada; el director de la Fundación Unicaja, Sergio Corral; y los comisarios de la muestra Luis Puelles, profesor titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Málaga, y Lourdes Moreno, directora artística del museo.

Máscaras reflexiona sobre el retrato y la representación del rostro y la figura humana en el arte moderno entre las décadas finales del siglo XIX y mediados del XX. La muestra, patrocinada por la Fundación Unicaja, plantea un relato con diferentes interpretaciones en el período de mascarillas con el que curiosamente nos toca convivir actualmente, si bien Luis Puelles, comisario de la exhibición, aseguró que la misma «no está planteada a partir de esta situación excepcional».

La exposición

La exhibición reunirá, hasta el próximo 10 de enero de 2021, un total de 103 obras de más de 40 prestadores diferentes como el Centre Pompidou de París o el Museum of Modern Art de Nueva York. Los trabajos de artistas como Goya (que identifica la máscara con lo grotesco), Picasso, Ensor, Gutiérrez Solana, Maruja Mallo u Oteiza pueblan la sala de exposiciones temporales del Museo Carmen Thyssen de Málaga: pinturas, esculturas, dibujos, grabados, fotografías y piezas etnográficas. La máscara sirve al artista para indagar sobre las identidades surgidas de un contexto histórico de profundos cambios y crisis, en el que tomó forma la modernidad, un período centrado en el individuo, cuyas certezas vitales fueron puestas en cuestión por dos guerras mundiales y que en lo artístico vivió la ruptura de los cánones tradicionales por el de las vanguardias.

La exhibición no se organiza de forma cronológica, sino como una «red de relaciones, y afinidades conceptuales y estéticas entre artistas y obras», aseguran desde la pinacoteca. La muestra se divide en tres secciones diferenciadas: Disparates de carnaval, relacionado con el disfraz para evitar el reconocimiento y relacionado con actividades lúdicas o ceremoniales; Máscaras sobrenaturales, que pone de manifiesto la identificación de lo primitivo como una característica esencial de lo moderno; y Rostros transfigurados, en el que el semblante funciona como máscara inhumana sin profundidad comunicativa. En definitiva, se trata de una transformación de la máscara de objeto tangible a imagen artística. Según Puelles, la exposición parte de una simbiosis entre las máscaras y lo moderno, lo cual provoca las rebeliones de las imágenes y de los individuos. «La máscara sirve para escapar de la identidad social, protege la subjetividad y preserva nuestra irracionalidad», apuntó Puelles. El comisario de la exposición también aseguró que los conflictos de la exposición, de las máscaras, son también «los conflictos del hombre moderno». «Se trata de una exposición sobre el humano. Y no hay nada más complejo que es ser humano», señaló Lourdes Moreno.

Máscaras grotescas, teatros en los que los actores se confunden con espectadores enmascarados, disparatados carnavales de desenfreno amparado por el anonimato del disfraz, naturalezas muertas con cabezas-máscara inquietantemente vivas, rostros vanguardistas que evocan máscaras rituales, ojos de cuencas vacías, maquillajes que recubren exageradamente la piel, caretas que se caen y adquieren vida propia, maniquíes, rostros desdoblados e incluso esqueletizados integran este panorama que se podrá visitar durante todo el verano y hasta el próximo mes de enero.

De nuevo, Málaga apuesta por el arte y la cultura, ofreciendo tanto a turistas como ciudadanos una exposición que el alcalde de la ciudad definió en el acto de inauguración como «brillantísima». «Uno de cada cuatro viajeros deciden el destino por motivos culturales», destacó Sergio Corral, director de la Fundación Unicaja, que al mismo tiempo consideró las exposiciones temporales como algo «prioritario» en nuestra capital.