Las palabras narradas de unos a otros y las oportunidades que ilumina la adversidad están irrumpiendo -con un mensaje de esperanza- en las plazas de algunas localidades malagueñas, cuando empieza a caer la noche sobre este verano atípico. El reencuentro en plena pandemia de dos compañías teatrales vinculadas a Málaga -Almazén y Triángulo- ha hecho posible una iniciativa que recorre la provincia para invocar «con un formato seguro» la magia de la tradición oral.

En pleno confinamiento, brotaron los mimbres de esta aventura que derrama cuentos bajo la luz sincera de los pueblos. Lo hace a través de un espectáculo bautizado 'Cuentos a la luz de la luna' que ya ha sido representado en varias ocasiones en el Molino de las Pilas de Teba, Cuevas del Becerro y El Burgo. Además, en el horizonte aparecen nuevas estaciones como Istán y otros municipios malagueños con los que los actores Rafael Escalante, Ismael Huertas, Mac Novara y Mar O. están en conversaciones para desplegar una propuesta que parte del cruce de caminos, entre varias historias personales, que tuvo lugar durante la reciente isla de incertidumbre sembrada por el coronavirus.

De hecho, los creadores de Triángulo -Rafael Escalante e Ismael Huertas- son dos vecinos de la misma comarca del Guadalteba que se conocieron mientras cursaban sus estudios en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Córdoba y ahora se encontraban confinados, respectivamente, en Cuevas del Becerro y Teba.

Además, en esta última localidad malagueña se hallaban Mar O. y Mac Novara, integrantes de la curtida compañía catalana Almazén, con quienes ya habían mantenido Triángulo un encuentro profesional unos años antes. «Dada la situación actual, decidimos hermanarnos y unirnos ambas compañías para la creación de proyectos con un formato seguro que respondan al nuevo protocolo, así fue cómo surgió esta función orientada a los cuentos», relatan.

La omnipresencia del cuento en la vida de cualquier ser humano alimenta esta propuesta atravesada por «cuentos que no solo duermen sino que también despiertan; son cuentos para todos los sentidos que hacen crecer a los niños o ponen a soñar a los adultos para que se reencuentren con su propia infancia». «Son cuentos peculiares, comunicativos, mágicos, dulces, divertidos, tiernos o revolucionarios», explican los creadores de un repertorio de relatos que beben de fuentes múltiples y tan variadas como las culturas y civilizaciones que confluyen en el planeta Tierra.

Entre las narraciones que encandilan a los lugareños a la lumbre de estos cuentos, «las historias de 'Las Mil y Una Noches' o de 'Los cuentos de la Alhambra' conviven con otras historias de tradición oral, que han llegado hasta nosotros desde otras culturas y continentes». «También hemos incluido en nuestro repertorio cuentos de la tradición sufí y del famoso personaje de Nasrudín, que evoca a la figura del clown, o hay otros cuentos de autores como Eduardo Galeano o Graciela Cabal; al final, los cuentos los hacemos nuestros, no los reproducimos como tal, trabajamos lo que la historia nos emociona dentro de cada narrador, lo que nos resuena dentro a cada uno de nosotros», explican los integrantes de las compañías Almazén y Triángulo.

Sus palabras retumban ebrias de emoción cuando mencionan la presencia, entre los ingredientes de esta propuesta, de un sincero tributo a un eterno compañero de viaje: «También hay varios cuentos del narrador Tim Bowley y es la manera que hemos tenido de rendirle homenaje, pues falleció hace tres años, después de dedicar su vida a viajar y recopilar historias del mundo». De hecho, este espectáculo no llega a entend grupo teatral cumple ahora 20 años convertido en «un espacio de creación y difusión artística, que con el tiempo se ha ido especializando en las artes escénicas poco convencionales como la narración oral y el clown».

Así, este itinerario por el mundo de los cuentos no hubiera sido posible sin «las oportunidades a muchos grupos emergentes que tenían algo que contar» con las que reinventa sus constantes vitales Almazén. O lo que es lo mismo, no se hubiese producido sin la visita que Rafael Sánchez Escalante e Ismael Huertas le rindieron hace tres años en Barcelona.

Allí, se forjó el punto de partida que culminó con el reencuentro en Teba y el periplo vigente por varias localidades malagueñas. Se trata, sin ir más lejos, de ese viaje a ninguna parte -y a todas- que le da sentido al vía crucis vocacional que alumbra la vida de los cómicos.