Observación de la tragediaDirección:

Carlos Marques-Marcet

Intérpretes: Pablo Molinero, Gloria March, Jany Collado, Bárbara Calatayud, Mar Linares

"La historia ya está pasada / Polvo y tierra la taparon / Pero el mal que vino de ella, / Mal de Almansa / Sigue royendo y alcanza todo el pueblo". La letra de Processó, de los héroes del folk valenciano Al Tall, resume parte del empeño de Carlos Marques-Marcet en la formidable 'La mort de Guillem', una tv movie que rescata ahora, en tiempos donde los fascismos levantan la cabeza desprejuiciados y feroces, el asesinato del joven antifascista Guillem Agulló a manos de un grupo de neonazis en 1993.

Apenas hora y media le bastan al director de '10.000 kms' y 'Los días que vendrán' para indagar, con tanta paciencia como tacto, en todas las consecuencias de un hecho que jamás muestra: la cinta es un retrato de una familia que debe desayunar, comer y cenar todos los días con la ausencia de uno de ellos; también de una pareja, los padres, que afrontan desde posiciones a veces encontradas la búsqueda de justicia, así como el relato de un proceso judicial y las repercusiones sociales y políticas de una muerte que fue mucho más que un homicidio.

Como siempre, Marques-Marcet hace que su funambulismo parezca sencillo y natural pero consigue algo abracadabrante, como prueban las imágenes de archivo de los progenitores reales de Guillem salpimentadas durante el metraje: todo es tan coherente, tan medido, tan reflexionado y sentido que, aun sabiendo que son diferentes, teniendo presente que hay documentos y dramatizaciones, no distinguimos a las personas de los personajes, a los padres del joven de los actores que los encarnan. Algo así sólo es posible desde la implicación absoluta del realizador, que observa lo que ocurre con empatía, buscando la razón en casi todos los protagonistas de la historia y posicionándose en ella pero sin actitudes panfletarias, prestando especial atención a cotidianidades reveladoras (la prodigiosa escena del tabique, la reorganización de la mesa familiar). En fin, 'La mort de Guillem' prorroga el crédito que hace años ya le dispensamos al que quizás es el director español más inteligente, sensible y elocuente de su generación.