A este lado del mundoDirección y guión:

David Trueba

Intérpretes: Vito Sanz, Anna Alarcón, Ondina Maldonado, Joaquín Notario, Janfri Topera, Mohamed Zidane Barry

Le comento a mi mujer que voy a ver la nueva película de David Trueba, y me suelta: «A mí es que David Trueba me gusta como concepto, pero luego lo que hace...». Así, de repente, mi mujer ha resuelto mi problemática relación con este hombre, al que siempre he escuchado con interés (es un observador perspicaz y elocuente de nuestro mundo) pero cuya obra me produce un poco más que nada. 'A este lado del mundo' no va a cambiarlo.

La película se contagia del ánimo de su protagonista, un auténtico impedido emocional, un slacker vital, y no hay un ápice de algo a lo que agarrarse; todo se va arrastrando, de manera anodina, anémica, como su personaje principal, aunque con algunos momentos que nos rescatan del marasmo (pero para nada: la escena con el ingeniero senior es ridícula; sólo Anna Alarcón, con su carismática interpretación, insulfa algo de vida).

Lo peor de todo es que entre Trueba y Vito Sanz consiguen contagiarme del raquitismo del filme: me doy cuenta, un rato después de la proyección de la película, de que no me he preguntado en ningún momento por qué ese Alberto es como es, de tan igual que me daba todo. Y eso es lo más triste que me puede pasar como espectador.

En realidad, no es un problema de destemple en el tono del filme; es que lo que quiere contar es poco: la conclusión de ese supuesto viaje interior que ha hecho Alberto a lo largo de estos 96 minutos se resuelve con poner a un negro guapo, apuesto y en apuros y un intercambio simpático de impresiones sobre música electrónica entre seres que vienen de dos lados del mundo (vamos, al estilo de Nakache y Toledano) para hablar sobre la inmigración y sus conflictos.

Escribo esto minutos antes de que Trueba se suba al escenario del Teatro Cervantes para la rueda de prensa de 'A este lado del mundo', y me da a mí que resultará más interesante que el propio filme del que hablará.