El momento está a punto de llegar. Tras haber asistido, pacientes y expectantes, al lanzamiento de varios anticipos, la espera termina el jueves. Y es que después de Delaossa, otro miembro de Space Hammu, la crew malagueña en lo más alto del hip hop nacional, está a punto de lanzarse en solitario con un esperadísimo larga duración, Countach 93. Dice Toteking que Easy-S es «el rapero con más futuro de su generación», y no le falta razón al sevillano (al que avala no sólo con elogios sino también colaborando con él en varios temas, como Brindis y la reciente Otra vez).

Los Hammu empezaron en 2015 en Málaga como una comunidad para la autogestión de sus asuntos audiovisuales y ahora giran por Latinoamérica, sus vídeos tienen millones de visualizaciones en YouTube y son respetados por la crítica. El álbum de Delaossa y J Moods Un perro andaluz fue un formidable aldabonazo para el 2019 (que ha prorrogado con su reciente mixtape La Tour Liffee); y Space dealers, el debut de otro miembro del colectivo, Raggio, fue uno de los secretos más preciados por los connoisseurs de la rima y el ritmo, ésos que pasan olímpicamente de sus maridajes con el latineo y derivados porque sí. Esta semana, turno para Easy-S (nombre real: Isidro Ramos), el componente más descarado y visceral del combo, quien se adentrara en esto del hip hop gastando los cedés grabados con temas de Toteking y Shotta y ahora es admirado por ambos.

Desde Rincón de la Victoria, Isidro se lo ha currado, siempre con ambición y sin prisa: tatuador de profesión, invirtió el dinero ganado en sus obras sobre la piel de los demás en horas de estudios de grabación y masterizaciones para que sus pepinazos sonaran como es debido. «Mamá, yo quiero dedicarme a esto, 100% seguro / Quiero llegar al nivel experto sin poner el culo / Quiero tol dinero en mi pared formando un muro / Pa' esconderme cuando me llamen inmaduro», rima Easy-S en Mamá, uno de los adelantos del ya inminente Countach 93 (y que finalmente no ha sido incluido en el álbum)

Rap serio pero a la vez con vacile, riguroso pero sin el ceño fruncido, y, sobre todo, sin lugares comunes

. Porque no hay demasiados raperos que suelen algo así: «Mira, hermano, me la suda tu premio / En esta vida todo es giratorio / El ego es ilusorio, te lo digo en serio / Me da miedo malearme por creerme más notorio», escupe en otro de los tracks del álbum, Miedo, una confesión de los diferentes pavores que siente Ramos. Y, por cierto, claro que se moja, y de qué manera, en Otra vez, su segunda colaboración con Tote: «No hay nadie que nos tosa cuando hablamos de erizar el vello / Y condenar al racista como el poli y su rodilla al cuello / Floyd no puede respirar, pero el cerdo no afloja [...] Manifestaciones en Mercedes / dime quiénes / Son los nietos del franquismo / De incultura rehenes / Que quieren mantener sus bienes a toda costa / Montados en un caballo con la barba y la escopeta de posta».

Porque Isidro Ramos va a lo suyo. «Tengo mi vida resuelta por el otro lado, por los tatuajes, así que hago la música porque me gusta. Me siento más liberado, no me preocupo como antes de si va a gustar. Ya no me emociono cuando tengo muchos piropos ni me deprimo cuando tengo muchas críticas», declaró a El V Elemento. Seguro que no va a tener que deprimirse nada de nada a partir del jueves.