Sergio Martínez Vila busca estos días en Málaga a la actriz y la bailarina que interpretarán al almirante Luis Carrero Blanco en una producción de Factoría Echegaray que levantará los telones el próximo mes de diciembre. Cerca de cuarenta intérpretes participan en el casting para formar parte de No temáis, yo vencí al mundo, un cruce entre palabra y movimiento que aborda desde la ficción las últimas horas de vida del que fue mano derecha de Franco. Martínez Vila, con el apoyo de Pablo Fortes como ayudante de dirección, dirige entre el lunes y el miércoles en el salón Rossini del Teatro Cervantes las pruebas para escoger quién será la voz y quién hará de alma del que fue presidente del Gobierno en 1973 y que acabó asesinado por ETA el 20 de diciembre de ese mismo año.

El texto es un monólogo, pero la puesta en escena está planteada como una fusión entre el teatro de texto y la danza. Carrero Blanco estará doblemente representado por una actriz de 40 años en adelante, que encarnará a un presidente del Gobierno de unos setenta años de edad, que vive por y para la preservación de una idea y de un orden (franquistas), que no puede dormir bien. El personaje propuesto para la bailarina es esencialmente el mismo (las candidatas deben tener de 30 años en adelante). Se trata de la parte 'invisible' del almirante, su alma o espíritu. Pero como interviene en la pieza desde otro plano y desde otro código, su identidad es múltiple y fragmentada. Del mismo modo que todas las figuras de un sueño no son más que distintas versiones de aquel que está soñando, el trabajo de la bailarina será una 'canalización' del inconsciente de Carrero, y no tanto una personalidad cerrada. Ambas intérpretes trabajarán con texto desde sus respectivos registros, si bien será la actriz la que asuma la mayor parte del monólogo.

No temáis, yo vencí al mundo, tercer montaje de la quinta temporada de Factoría Echegaray tras Pandora y Augurios, se estrenará el 8 de diciembre en el Teatro Echegaray, donde permanecerá en cartel hasta el 19 de diciembre.

Las aspirantes han podido escoger una 'separata' o fragmento a su elección del texto íntegro de la obra. Las pruebas son individuales y se estructuran en tres partes: un breve calentamiento con el director, un posterior trabajo a partir del texto elegido y con la propuesta escénica que aporte la actriz o la bailarina y una tercera parte en la que el director trabaja con las intérpretes sobre su propuesta.