La Sala Noble del Museo Carmen Thyssen Málaga celebra con su nueva temporal, Vanguardia dibujada (1910-1945), los primeros años de la independencia de una disciplina que hasta entonces sólo había sido técnica preparatoria. Y lo hace a través de obras de gigantes como Picasso, Dalí, Matisse, Gris, Miró y Picabia, entre otros

Hasta el siglo XX el dibujo fue más una parte preparatoria del proceso creativo que una disciplina en sí misma; más carne del cubo de la basura de los experimentos fallidos o de los cuadernos de ideas a desarrollar que de las paredes de los museos y las galerías. Pero los artistas de las primeras vanguardias aceptaron la idea, el concepto como un elemento cerrado, valioso de por sí, por lo que elaboraron sobre papel piezas acabadas, meditadas y trabajadas con el mismo esmero y empeño que al afrontar el lienzo. Vanguardia dibujada (1910-1945), la nueva temporal de la coqueta Sala Noble del Museo Carmen Thyssen Málaga, es un somero pero enjundioso repaso a ese momento de la historia del arte a través de 26 obras de autores tan decisivos como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Henri Matisse, Joaquín Torres-García, Óscar Domínguez, Manolo Hugué, Joan Miró, Juan Gris, Francis Picabia, Maruja Mallo, Alexander Archipenko, Sonia Delaunay y Lyonel Feininger, entre muchos otros.

«Es una muestra fascinante, que resume en poco espacio el complejo y variado panorama artístico de la primera mitad del siglo XX, recogiendo desde el cubismo más ortodoxo hasta el vibracionismo, el expresionismo, el dadaísmo y la Bauhaus, entre muchos otros movimientos», asegura Lourdes Moreno, directora artística de la pinacoteca, quien también destaca la gran variedad de técnicas que se pueden contemplar en las paredes (tinta china, lápiz puro, collage, decalcomanía, etc).

Vanguardia dibujada nos enseña a grandes maestros en momentos delicados e íntimos, a través de obras pequeñas en las que, quizás precisamente por eso, por estar lejos de ser piezas definitivas, creadas para ser icónicas, sus autores se muestran especialmente sueltos, tranquilos. Apenas hay bocetos en esta colección (uno de los pocos, además, no lo parece: Zíngaras, de Rafael Barradas), procedente de los inagotables fondos de la Fundación Mapfre; lo que se muestra en la Noble del Thyssen son papeles en los que hay mimo, genio y tarea. Especialmente destacadas son Sin título, de Óscar Domínguez, una tierra y el cielo ensoñados; Soledad mental, la compactación del universo de Salvador Dalí, o un prodigioso George Grosz. Así como las piezas de las tres mujeres incluidas (la dirección del centro busca siempre la incorporación de la visión femenina, tradicionalmente denostada y ninguneada en la historia del arte): Sonia Delaunay, Remedios Varo y Maruja Mallo.

Vanguardia dibujada (1910-1945), con el patrocinio del Ayuntamiento de Estepona, estará en cartel hasta el próximo 17 de enero.