Dos conceptos bien diferenciados del toreo se daban cita en la segunda corrida de la Gira por la Reconstrucción de la Tauromaquia. Finito de Córdoba y Luís Bolívar hacían el paseíllo en la plaza de toros de Antequera ante reses de la ganadería de Zalduendo. El arte en estado puro de Juan Serrano era contrapunto de la poderosa muleta del diestro colombiano.

El Fino, que sustituía al francés Sebastián Castella tras su repentino anuncio de retirada de los ruedo, pronto presentó sus credenciales. Y lo hizo con las que han sido sus cartas desde sus primeros pasos en este mundo del toro, con la pureza como bandera ante un astado manejable que posibilitó que dejara sobre el albero antequerano el regusto de su toreo desde las tres medias verónicas que dibujó en el recibo capotero. Luego, con la muleta, aprovechó que el animal se desplazaba para componer con gusto. Supo administrar las fuerzas del toro para romper por el pitón izquierdo, el más notable, en tandas al natural. La estocada final supuso el colofón a una faena con lances con regusto que era premiada con las dos orejas, marcando una senda triunfal para el festejo.

Pero aún había más. ¡Vaya si había! En los corrales aguardaba en tercer lugar el toro 'Doctor', número 188, y que fue indultado. Fue un animal con acometividad y nobleza por el pitón derecho, y que fue aprovechado por Finito de Córdoba a la perfección por ahí. ¿Fue de indulto? Sinceramente, no lo fue, y probablemente nunca llegue a padrear en la dehesa extremeña. En los últimos tiempos, parece que el indulto es el premio máximo, y no hace más que vulgarizar lo que debería ser excepcional. Finalmente, la polémica sobre la presión ejercida por el matador hacia el presidente para obligarle a sacar el pañuelo naranja no hace más que quitar importancia a lo realizado sobre el albero antequerano desde los cuatro trincherazos con regusto con los que iniciaba la faena, hasta la última tanda en redondo con un gusto exquisito. La mejor dimensión de Finito de Córdoba se dejó sentir con una sinfonía de toreo por el pitón bueno. ¿Por el izquierdo? Prácticamente ni lo probó...

El primero del lote de Luís Bolívar también facilitó la labor de su diestro, mostrando ya de salida un buen pitón izquierdo por el que fue capoteado con cadencia. El matador quiso lucir sus virtudes al dejárselo venir de lejos por la diestra al inicio de cada serie; dándole tiempo entre las mismas para administrar sus fuerzas. Tras un paso fugar por la diestra, regresaba a la zurda en un trasteo que fue a menos y terminaba por diluirse con una estocada baja que asomaba por el lomo y otra desprendida que dejaba todo en unas tibias palmas tras el arrastre del burel.

En la línea de la buena corrida presentada por Zalduendo, el cuarto y último no bajó el nivel en cuanto a juego, y propició que Bolívar se mostrara firme y solvente ante él. Lo puso todo a favor del toro, luciéndolo y luciéndose en la medida de sus posibilidades; rematando con una tanda de manoletinas antes de dejar una buena estocada que le permitía cortar una oreja y hacer un paréntesis en el discurrir de esta gira en la provincia de Málaga, que regresará en noviembre con tres novilladas en Fuengirola. Antes, mañana mismo, la plaza de la Villa Blanca acogerá un festejo de rejones con Andy Cartagena, Leonardo Hernández y Lea Vicens, ante reses de Fermín Bohórquez. La Fiesta continúa...